'Figura de perfil': el viaje de ida y vuelta de la pintura desaparecida de Salvador Dalí

  • Se vio en público por primera vez en 1925 en la primera exposición del pintor en las Galeries Dalmau de Barcelona.
  • Se le perdió la pista durante 92 años hasta que reapareció por sorpresa en una subasta de la casa Bonham's de Londres, donde lo adquirió la Fundación Dalí.
  • Ahora puede verse en una exposición en el Teatro-Museo Dalí que recrea aquella exposición de los años 20.

Esta es la historia de un cuadro 'de ida y vuelta' pintado por Dalí. Una historia que comienza el 14 de noviembre de 1925 cuando el joven artista, con tan solo 21 años, inaugura su primera exposición individual en las Galeries Dalmau de Barcelona. En total, 17 pinturas y cinco dibujos entre los que sobresale uno en particular: Figura de perfil, para el que posa su hermana Anna Maria.

La pintura es adquirida por 500 pesetas por el farmacéutico y amigo de la familia Joaquim Cusí i Furtunet y, desde ese momento, se le pierde la pista por completo. De él solo se tenía constancia por una reproducción en blanco y negro publicada en la revista Atlántico en 1929. Sin embargo, y por sorpresa, el cuadro reaparecía el pasado año en una subasta de la casa Bonham's de Londres, momento que aprovecha la Fundación Dalí para adquirirlo y devolverlo a su país de origen.

Tras 92 años oculto a la luz pública, Figura de perfil vuelve a protagonizar una exposición, en esta ocasión en el Teatro-Museo Dalí, donde se podrá admirar hasta finales de este año dentro de la exposición Salvador Dalí, aprendiz de pintor, que recrea aquella primera exposición de 1925.

La figura central de la obra es Anna Maria, que sería su principal modelo hasta la aparición de su gran musa: Gala. Ella misma rememoraría sobre esta época: "Los retratos míos que mi hermano pintó en esta época son incontables. Muchos de ellos eran meros estudios de bucles y de un hombro siempre descubierto. Pintaba paciente e infatigablemente, y a mí no me cansaba posar para él, pues nunca me ha aburrido el permanecer quieta y silenciosa. Durante las horas en que le servía de modelo, yo no me cansaba de observar aquel paisaje que ya, para siempre, ha formado parte de mi vida. Pues siempre me pintaba cerca de alguna ventana", diría de esas obras en las que generalmente aparecía de espaldas.

En aquella exposición Dalí presentaría también otros retratos (Retrato de mi padre, Retrato de Ramoneta Montsalvatge y Retrato de Maria Carbona, dos amigas suyas) y varias obras donde el paisaje de Cadaqués es protagonista absoluto.

El pintor del surrealismo se referiría así a aquellos años: "Yo pintaba los paisajes de Cadaqués; mi padre, mi hermana, todo estaba sujeto a mi frenesí. Me interesaba por la pintura de Chirico, que conocía por las revistas. Colaboraba en la Gaseta de les Arts de Barcelona y en L'Amic de les Arts; y tenía un libro que no abandonaba mi cabecera: los Pensamientos de Ingres. Decidí extraer unas frases significativas para el texto del catálogo de mi primera exposición individual".

El retrato de Anna Maria se acompaña de otros cuatro oleos, todos ellos de la Fundación Dalí que reflejan de forma maestra esta etapa de aprendizaje del que llegaría a ser un genio de la pintura. El montaje, además, evoca la decoración de las Galeries Dalmau. Se han forrado las paredes con una tela de seda color rosa, se ha colocado un zócalo ancho de madera y se ha complementado con una mesa donde se proyectan las otras obras que integraban la exposición monográfica y que no pertenecen a los fondos de la Fundación Dalí.

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