La temporada de caza está en marcha y 13 patrullas de la Guardia Civil de Valencia, ojo avizor. Los 60 agentes del Seprona vigilan que no haya tiros fuera de los cotos, que no se cacen especies protegidas... Además, según el teniente Antonio Carrillo, no es habitual, pero hay perros de caza que desaparecen: «A veces, no los identifican y así, si no responden bien, los sacrifican o abandonan. También hay trapicheos entre cazadores, pero son una minoría». Otro frente abierto en esta época son las tiendas de mascotas, para evitar el contrabando, y los circos. Los agentes los visitan para comprobar que los animales están sanos, bien tratados... Hace dos años, por ejemplo, tuvieron que retirar dos cachorros de leones que se usaban para fotos con niños porque, recuerda Carrillo, «tenían sarna».