Comprar un patinete, un disfraz infantil o un pequeño aparato eléctrico puede resultar en ocasiones más complicado de lo que parece. A simple vista quizás no se observe su peligrosidad, pero lo cierto es que el uso de algunos objetos y vestimentas pueden provocar descargas eléctricas, lesiones o entrañar riesgo de asfixia para los más pequeños de la casa.
Por este motivo, la Comunidad de Madrid ha retirado de los comercios madrileños en 2017 (a la espera de finalizar la campaña especial de inspecciones navideñas) un total de 363.260 productos por considerarlos peligrosos, según datos de la Consejería de Economía y Hacienda. La mayoría de estos artículos son juguetes (70%), aunque también han sido incautados productos industriales (15%), guirnaldas y adornos (13%) y disfraces (1%).
Esta cifra multiplica por diez las unidades retiradas en 2016, cuando se apartaron del mercado 36.706 unidades. Esta espectacular subida se debe al incremento en el número de inspecciones. En 2017 se han realizado más de 2.000, el doble que el año anterior. «El incremento de las inspecciones se debe a que se ha detectado la entrada en la región una mayor cantidad de productos peligrosos», explican desde la Consejería de Economía y Hacienda.
Los decomisos se han realizado fundamentalmente a distribuidores situados en la zona sur de la región, principalmente en el polígono Cobo Calleja, en el municipio de Fuenlabrada, donde van a comprar la mayoría de los bazares de origen chino repartidos por la región. Otras localidades donde existen importantes distribuidores de productos procedentes del mercado chino son Pinto y Valdemoro. «También este año se han intensificado las inspecciones al pequeño comercio, que habitualmente cuentan con un amplio stock de artículos, ya que suelen almacenar productos para venderlos durante todo el año», precisan desde el Gobierno regional.
140 notificaciones de alerta
Estas actuaciones han sido consecuencia de las 140 notificaciones de alerta sobre productos realizadas por la Comunidad de Madrid. Una buena parte de las alertas de seguridad, un 24%, corresponde a productos eléctricos, seguidos por juguetes y vestimenta infantil, que han acaparado el 20% de las alertas. En cuanto a los riesgos detectados, el más habitual corresponde a riesgo de choque eléctrico (40%), seguido del de lesiones y caídas (17%) y quemaduras (12%). Algunos también pueden provocar asfixia para menores al contener piezas pequeñas.
La detección de estos productos peligrosos para la salud puede tener su origen en las inspecciones de oficio que realiza la Comunidad de Madrid o a través de las comunicaciones que realizan los productores y distribuidores, al estar obligados por ley a notificar los fallos que detectan en sus artículos y a subsanarlos.
El 91% se ha devuelto
De los 363.260 productos retirados, solo el 8,9% (32.260) han sido destruidos. El 91,1 % (331.064) han sido devueltos a su lugar de origen. «La mayoría se han devuelto a los establecimientos para que puedan reclamar a sus vendedores el producto defectuoso. Pero en ningún caso puede venderse», señalan desde el Gobierno regional.
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