Envían a juicio a seis mossos por torturar a un hombre rumano detenido por error

  • Los acusados son un sargento, dos cabos y tres agentes.
  • Son presuntos responsables de los delitos de lesiones, torturas y atentado grave contra la integridad moral.
  • Deben depositar una fianza de 10.000 euros para el pago de las indemnizaciones que puedan derivarse de los hechos.

La juez de Instrucción número 10 de Barcelona ha enviado a juicio a un sargento, dos cabos y tres agentes de los Mossos d'Esquadra por presuntamente torturar a un rumano detenido por error en julio de 2006.

El arrestado, hemofílico, sufrió policontusiones y hematomas debido a los golpes que supuestamente le infligieron los agentes durante su detención y posterior traslado a la comisaría de Les Corts de la capital catalana.

Te vamos a matar

Según el auto de apertura de juicio oral, Fernando C.L., Jordi P.B., Joan S.P., Alejandro A.G.A., Manuel F.M. e Iván Antonio M.M. serán juzgados por la Sección Novena de la Audiencia de Barcelona. Los seis deben depositar una fianza de 10.000 euros para el pago de las indemnizaciones que puedan derivarse de los hechos, de las que la Generalitat también deberá responder como responsable civil subsidiaria en caso de condena.

Le pisaron la cabeza contra el asfalto

Según mantiene la Fiscalía, los agentes detuvieron por error a Lucian P. pensando que era un ladrón. Se le abalanzaron por la espalda, le zancadillearon, lo arrojaron de cara al suelo" y lo esposaron con las manos atrás, "imposibilitando cualquier reacción defensiva, tanto por el uso del factor sorpresa como por la desproporción física y numérica".

Además, le propinaron, "indistintamente, reiterados golpes y puñetazos por todo el cuerpo, pisándole la cabeza contra el asfalto y agarrándole por el cuello para impedir que gritase". Al mismo tiempo le insultaron y le dijeron: "Te vamos a matar". Toda la detención se practicó sin que se identificasen como policías, algo que sólo hizo uno de ellos cuando la "brutal actuación" fue recriminada por los peatones.

En el coche policial intentaron conseguir la confesión del detenido metiéndole una pistola en la boca y, una vez en comisaría, siguieron golpeándole, insultándole y amenazándole. En un momento dado, le metieron en un cuarto, donde Lucian P. les señaló que era hemofílico y que podía morir si le continuaban golpeando. Los acusados le respondieron que "más le valía".

Lucian P. quedó en libertad al día siguiente, después de que la víctima del robo no le reconociera en una serie de fotografías. Pese a que los mossos se percataron de que le habían detenido por error, decidieron registrar su casa sin orden judicial en busca de algo que pudiera incriminarle.

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