Ana Pastor: "Habría que preguntar a los funcionarios del Parlament"

  • La periodista estrena este jueves '¿Dónde estabas entonces?', un programa que repasa la historia de España desde el punto de vista de los ciudadanos.
  • "Hablamos de política pero el interés del programa está en ver el punto de vista de la gente que vio y sufrió esas decisiones políticas", explica Pastor.
La periodista Ana Pastor, durante la presentación de '¿Dónde estabas entonces?'.
La periodista Ana Pastor, durante la presentación de '¿Dónde estabas entonces?'.
LA SEXTA
La periodista Ana Pastor, durante la presentación de '¿Dónde estabas entonces?'.

Las horas interminables de intenso directo han preparado a Ana Pastor para una sesión maratoniana respondiendo preguntas de la prensa sobre el estreno de ¿Dónde estabas entonces? (La Sexta. Jueves, 22.30 h). Aún así, Pastor llega sonriente y no se permite una pausa para comer, beber o ir al baño. "Cuando trabajo, trabajo", dice. Vamos a ello.

¿Qué es ¿Dónde estabas entonces??

Es una serie documental de los últimos 40 años de España. Vamos año a año, empezando en 1977. Es un programa que nos retrata como país desde todos los puntos de vista: el político, el de sucesos, el musical, cultural, literario, social... Y sale tal cual es la vida: reírte, llorar o cabrearte con las cosas que recordamos y que hemos vivido cuando ni siquiera sabíamos que se iban a convertir en noticia.

El año 77, en el que usted nació, fueron las primeras elecciones democráticas y una vorágine política... ¿eso marcó su estrella?

(Risas) No. Creo que marcó al país, yo era muy pequeña para considerarme siquiera parte de aquello. Yo vengo de una familia que entonces ya tenía tres hijos y a mi me tocó en aquel año. Pero sí me está sirviendo para aprender sobre ese año.

¿Por ejemplo?

Por ejemplo que en aquella primera campaña José Ramón Sánchez fue el que dibujó carteles míticos de esa época es el padre de Daniel Sánchez Arévalo. Los hemos juntado para el programa para ver cómo recuerdan ellos desde sus punto de vista aquellas primeras elecciones.

Pero no todo es política...

Hablamos de política pero el interés del programa está en ver el punto de vista de la gente que vio y sufrió esas decisiones políticas. Esa es la gran diferencia: esta vez es la gente la que nos cuenta la historia de España.

En los documentales suelen salir sólo los grandes personajes...

Esta es la primera vez que vamos a escuchar a esos hombres y mujeres buenas que han conseguido que este país sea lo que es, desde las primeras alcaldesas de la democracia, la primera mujer que se divorció, una víctima de ETA, Alberto Muñagorri, que perdió una pierna cuando tenía diez años por una mochila donde había una bomba de ETA y que es la historia de tantas y tantas víctimas...

 Él es una prueba del cambio de los tiempos...

Hemos visto cómo paseando con él por Rentería se puede hablar de este tema, cosa que hace años habría sido imposible.

¿Hemos mejorado o empeorado?

En algunas cosas hemos mejorado y otras claramente no, y eso es lo que retrata este programa, de la mirada de los ciudadanos.

¿Cómo reaccionaba esa gente anónima cuando les llamaban?

Se emocionaban diciendo "es que a mí nunca nadie me ha dicho que yo también soy historia de España".

¿Les ha costado encontrar esos testimonios?

Ha sido una labor impresionante del equipo de ¿Dónde Estabas Entonces? Que encuentra desde a Alberto Muñagorri a un niño de San Ildefonso que en el 82 hizo el sorteo del mundial de futbol, o una pareja del Un, dos, tres de hace 25 años. Hay una labor impresionante de documentación y de investigación. Se trata de encontrar a ciudadanos anónimos que no salen en todas partes.

¿Cómo quiénes?

Estoy pensando en Isabel, que tiene 80 años y fue una de las últimas condenadas por el TOP (Tribunal de Orden Público). Isabel fue con sus dos nietas que son adolescentes y fue maravilloso ver cómo escuchaban sus historias.

¿La gente no iba asustadilla porque les entrevistara usted?

Siempre está la típica broma de "uy, pero si eres muy simpática" (Risas). Ellos no son políticos, no tienen ninguna responsabilidad y no están tratando de colarte mentiras ni propaganda. Son ciudadanos con una verdad muy pura, como una mujer que perdió un hijo por culpa de la heroína. Sólo puedes escucharles y agradecer que cuenten su historia.

¿Le dejan tocada esas historias?

Me emocionan y me gusta emocionarme con esas historias.

Dentro de 40 años ¿a quién habría que preguntarle sobre las cosas que están pasando hoy?

A la misma gente, a quienes lo están viviendo como personas anónimas.

¿Y por ejemplo del tema catalán?

A algunos de los funcionarios del Parlament de Cataluña, en cuyos rostros se puede ver el desgarro que viven cuando se acercan a nosotros cuando estamos allí haciendo las coberturas y que nos cuentan que no pueden más, que quieren que se solucione, sean independentistas o no. Hay que escuchar más a los ciudadanos y no tanto a la gente teóricamente importante.

¿Se ha visto en la necesidad de compensar ideologías en este programa?

No, el programa no pretende ni blanquear la historia de España ni mostrar sólo lo que no funciona. El espíritu crítico de La Sexta se refleja en el programa. Lo que hacemos es enseñar lo que se vivió.

¿Por qué funciona la nostalgia?

Nos gusta, pero en España hacemos poco el ejercicio de la memoria y ese es el primer paso para construir algo mejor. Los americanos son muy dados a hacerlo, ellos cuentan muchas veces lo que les ha pasado, incluso casi en tiempo real.

¿Somos en España especialmente dados a la memoria selectiva?

Somos muy dados al olvido, sigue habiendo gente en las cunetas y no nos ocupamos de ese tema, que en otro país cicatrizaría de otra manera. Es importante hablar de organismos que aún existen y que provienen de antes de la Transición. La Transición hay que hacerla a muchos niveles.

Y también se muestra que la historia no ocurría sólo en Madrid y Barcelona...

Fundamental: nos hemos ido a Galicia, a hablar de astilleros, a Córdoba, a Marinaleda, a Valencia... estamos viajando por toda España porque hay gente con historias que merecen ser contadas.

¿Se ha encontrado más historias malas o más buenas, si es que se pueden llamar así?

He encontrado más historias que me reconcilian con el ser humano, de gente valiente, gente que ha puesto su dignidad por encima de cualquier cosa, que ha seguido batallando para dejarle algo a las nuevas generaciones.

¿Qué echa de menos de otras épocas?

La valentía. La mordaza política y legal afectan... y la autocensura, la corrección política... Pepi, Luci, Bom sería un escándalo si se estrenara hoy en día, la música de la movida... en eso hemos ido un paso para atrás.

¿Fueron los ochenta y noventa las mejores décadas o es percepción de quienes las vivimos?

En eso no soy muy nostálgica. No creo que la gente estuviera mejor formada porque no hubiera redes sociales o que los políticos fueran necesariamente mejores... en todas las generaciones hay cosas malas y buenas.

¿Es de las que se avergüenza por sus pintas en las fotos de antaño?

No, no... hay fotos terribles, pero no tanto por las pintas como por una misma (risas). Me produce cierta ternura. La gente por las redes enviaba fotos y me encantaba ver los sillones de sky de los que te pegabas o los jerséis con esos cuadros imposibles.

¿Cuál es el primer hecho noticioso que recuerda y que le despertara el interés por la profesión?

La salida de la cárcel de Mandela. Estaba viendo la televisión con mi hermano y pensé: sólo hay dos maneras de vivir este acontecimiento, ser Mandela o ser periodista. Y pensé que si quería conocer a alguien como Mandela, tenía que ser periodista.

Han llamado a periodistas veteranos para el programa, ¿para qué le gustaría a usted que le llamaran dentro de 40 años?

No creo que esté a la altura de esos cameos y homenajes de lujo, como el de Olga Viza, Matías Prats, Iñaki Gabilondo... sólo les agradezco que estén.

¿Ferreras y usted se han planteado si sería más rentable cobrar por horas?

Qué va, le dedicamos las mismas horas que el resto de la cadena, que lo viven con la misma pasión esas coberturas. Se nos ve más a algunos, pero hay mucha gente haciendo muchos trabajos sin los que no seríamos nadie.

¿Hay algún capricho que se permita en esas coberturas interminables?

No, aunque el otro día nos tomamos unas pizzas buenísimas en el Parlament. No puedo prescindir del equipo, como Juanma, de producción. Pero cuando me pongo a trabajar desconecto de ciertas necesidades básicas e incluso nos tiramos horas sin poder ir al baño porque estamos en directo. Es parte del trabajo.

¿Recomendaría a sus hijos la profesión de periodista?

Recomendaría que persiguieran sus sueños. Yo siempre quise ser médico además de periodista pero no me atreví, no tengo suficiente fortaleza. Recomiendo que luche y que no deje que nadie le pise ese deseo.

Van un jueves, contra Gran Hermano...

Ya hemos tenido épocas en las que El Objetivo iba a la hora de Gran Hermano y creo que es otro formato diferente en otra cadena y aunque tengamos que competir nosotros vamos a hacer el programa que creemos que hay que hacer.

¿Lo ven perfiles de espectador diferentes?

Creo que sí hay trasvase, que si zapeando encuentras algo que te interese puedes quedarte. Todo es compatible y cuantas más cadenas y opciones haya, mejor.

¿Qué relación tiene ¿Dónde Estabas Entonces? con Cuéntame?

Pues tengo un mensaje de alguien que adoro, que es Ricardo Gómez, Carlitos en la serie, que es amigo y que me decía que el proyecto es bonito. Lo suyo es una serie, aunque hay mucho de vida real y lo nuestro un documental. Pero me encanta Cuéntame. Si alguien ve algo de cercanía entre las dos cosas será un piropo.

¿Dónde Estabas Entonces? aspira a ser muy longevo, a año por programa y 40 años...

(Risas) Lo que quiero es que los primeros funcionen bien, de momento llevamos cinco o seis y si tenemos que hacer más y echar más horas sería perfecto.

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