Según ha informado el Instituto Armado, los hechos sucedieron en el marco de la 'Operación Ninja Negro', nombre que se le da a la actuación policial porque uno de los dos varones se disfrazaba de ninja para no ser reconocido cuando realizaba las acciones ilícitas.
Entre los delitos que se le imputan, constan siete robos con fuerza, de los que uno se produjo en un hotel de Corcubión; otro en una vivienda de Muros; y otra de Pindo. A ellos se suman cuatro en iglesias de Lariño, Ponteceso, y dos de Malpica de Bergantiños.
También consta un hurto en una vivienda de Zas y otra de Malpica de Bergantiños. De igual manera se les imputa por un delito leve de estafa en la localidad de Zas.
ESTUDIABAN LOS LUGARES
Los detenidos, relata la Benemérita, "realizaban previamente un estudio de los lugares donde podían delinquir sin levantar sospechas, aprovechando la oscuridad
de la noche".
Una vez llegaban a los lugares elegidos fracturaban alguna ventana o puerta de acceso para acceder a l interior y así poder llevarse los objetos que, posteriormente, vendían en tiendas de segunda mano.
La Guardia Civil destaca que en alguna ocasión accedieron a los domicilios con sus moradores durmiendo en el interior, "lo cual creó una notable sensación de inseguridad en las zonas afectadas", concreta.
Parte de los objetos recuperados por la Guardia Civil han sido
reconocidos por su propietarios, "lo cual relaciona directamente a los detenidos con los hechos", sostienen las mismas fuentes.
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