El edificio forma parte de un conjunto de ferrería, propiedad del Ayuntamiento de Leitza desde 2011, en el que se incluye también la ferrería hidráulica, un caserío, un puente sobre el río Urumea y una borda.

Las ferrerías fueron habituales en el norte de Navarra en la Edad Media y Moderna, hasta entrada la Contemporánea, por la presencia del mineral unida a la disponibilidad de agua y madera para el proceso de elaboración. La ferrería del paraje de Ibero es un caso singular y está declarada como Bien Inventariado, a tenor de la Ley Foral 14/2005, de 22 de noviembre, del Patrimonio Cultural de Navarra, ya que "han pervivido varias de las edificaciones vinculadas a esta actividad para convertirse en el único ejemplo de complejo industrial medieval que se conserva en Navarra", ha explicado en un comunicado el Ejecutivo foral.

Sin embargo, su estado de conservación es diverso: la torre tiene hundida la cubierta, parte en 2006 y parte en 2009, lo que ha afectado a los forjados, también hundidos, la ferrería está en ruina, el caserío está en relativo buen estado, el puente presenta algunos desperfectos y la borda está en mal estado de conservación.

Los restos de la torre que hoy quedan fueron levantados en el siglo XIV durante el reinado de Carlos II de Evreux (1349-1387) para defender la ferrería ante los continuos ataques que se producían en la frontera con Castilla. Es una torre rectangular de 14 metros de largo por 10 de ancho unos 12 de altura de promedio, aunque en origen llegó a alcanzar varios metros más. Como evidencia de sus elementos medievales perduran sus ocho saeteras, aberturas de fachada por las que un defensor defendía a tiro de ballesta una parte de la torre, y la puerta de arco de medio punto de dovelas de piedra caliza.

La ejecución de las obras está prevista para 2018 en un plazo de 9 meses, pero se quiere realizar una contratación anticipada este mismo año por valor de 556.572,19 euros.