Francisco Javier Torres, estudiante de Derecho y José Miguel Rojo, estudiante de Ciencia Política y Gestión Pública, ambos de la Universidad de Murcia, lograron, tras más de 7 disputados debates, llegar a semifinales como terceros clasificados, donde también consiguieron superar la ronda y situarse en la final junto a los equipos de la Universidad Pontificia de Comillas y otro de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Torres, que también es Presidente del Club de Debate, declaró sentirse "muy agradecido al Servicio de Cultura de la Universidad" por permitirnos poder ir a Madrid, una expedición que completaba otro equipo murciano más, el compuesto por Ana Conway McHugh y Alba H. Santana, y una jueza de la competición, Carmen Parras.
Los nueve debates que libraron los murcianos oscilaron desde la prohibición de la homeopatía hasta la idoneidad de impulsar el movimiento okupa en Barcelona, pasando por la cooperación al desarrollo y la relación entre publicidad, marketing y feminismo.
En la ronda final, que generó una gran expectación, Torres y Rojo defendieron la constitución de una comisión de investigación sobre los crímenes del franquismo. Los debatientes consideran que "estos torneos son una gran oportunidad para hablar desde la lógica y el pensamiento crítico sobre problemas públicos" y consideran las asociaciones de debate como "elementos fundamentales para una sociedad democrática, crítica y participativa".
Los buenos resultados del debate murciano se complementan con el top 5 de oradores del Torneo. José Miguel Rojo estuvo entre ese grupo de mejores oradores del encuentro. Rojo afirmó, tras conocer su posición, que "la oratoria tiene que estar al servicio de un mundo mejor y no de la persuación vacía".
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