A su llegada, la mujer explicó a los agentes que había tenido una discusión y que no había ocurrido nada, a pesar de que la Policía Local recibió el aviso por gritos y golpes procedentes del interior de un inmueble.
Sin embargo, los policías observaron que presentaba marcas en la cara y el pelo enmarañado por lo que, al insistir, la mujer reconoció que el hijo le había pegado. Aún así, dijo que no quería presentar denuncia contra él.
Al no encontrarse el hombre en la vivienda, los agentes de la Policía Local realizaron una batida por la zona para localizarle. Finalmente, fue detenido por un delito de malos tratos en el ámbito familiar.
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