Un médico estadounidense ha viajado a Londres para intentar convencer al juez de que mantenga conectado el soporte vital de Charlie Gard, un bebé británico de 11 meses que padece un enfermedad rara e incurable.

Los padres del pequeño comenzaron una batalla legal tras la decisión de los médicos de desconectar al bebé de las máquinas que lo mantienen con vida. Charlie Gard tiene una enfermedad genética que le causa debilidad muscular y daños irreversibles en el cerebro, además de necesitar respiración artificial.

La polémica comenzó cuando los progenitores intentaron trasladar a su hijo a Estados Unidos para probar un terapia experimental, pero la justicia rechazó el permiso con el motivo de no prolongar el sufrimiento del pequeño.

Ahora, Michio Hirano, profesor de neurología en el New York's Columbia University Medical Center, se encuentra en la capital inglesa para examinar al bebé y reunirse con otros médicos.

Hirano está desarrollando un tratamiento experimental que se ha practicado en al menos un paciente estadounidense con una enfermedad parecida, aunque menos grave, informa la CNN. Está especializado en miopatías (enfermedades musculares) y otras dolencias neuromusculares. El neurólogo mantiene que podría haber una oportunidad para el bebé.

Toda la información recabada se comunicará al juez Nicholas Francis, quien tiene previsto tomar una decisión sobre el futuro de Charlie en los próximos días.

El caso de Charlie Gard se ha convertido en un debate internacional sobre las prácticas y la ética médica. La denuncia de los padres ha traspasado las fronteras de Reino Unido y hasta el papa Francisco y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han expresado públicamente su apoyo a los progenitores.