Así, a uno de ellos le impone la pena de 14 años de prisión por un delito de allanamiento de morada en concurso medial con otro de homicidio, con la agravante de abuso de superioridad; y otros 18 meses de cárcel por el de tenencia de arma prohibida.

Al otro procesado se le condena a la pena de 13 años de prisión por un delito de homicidio, con la agravante de abuso de superioridad, absolviéndole de los delitos de allanamiento de morada y tenencia de arma prohibida. Asimismo, ambos deberán indemnizar a los familiares de la víctima con 210.000 euros.

Esta sentencia se dicta tras el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular. Según se declara probado en la resolución, a la que ha tenido acceso Europa Press, en octubre de 2015, en la localidad malagueña de Cuevas Bajas, se produjo un grave altercado entre dos grupos de personas, que intercambiaron todo tipo de insultos y amenazas.

En dicho altercado, uno de los acusados "amenazó reiteradamente" a la víctima. Posteriormente, ese mismo día, en las inmediaciones del cuartel de la Guardia Civil, el otro acusado fue agredido por varias personas que le causaron lesiones, agresión que denunció el día siguiente manifestando que creía que uno de sus agresores era la víctima, dice la sentencia.

En los días posteriores, dice la resolución, los acusados "se pusieron de común acuerdo para acabar con la vida" de la víctima y para ello uno de los procesados se hizo con una escopeta de un solo cañón que había sido robada en Málaga meses antes cuando se hallaba inutilizada para ser disparada, pero que luego fue manipulada para que fuera apta para el disparo.

Un día de noviembre, los acusados fueron al cortijo en el que el hombre trabajaba y vivía solo, en Antequera (Málaga), estacionaron el vehículo en un camino terrizo y, tras saltar la valla, fueron a la casa "provistos de la escopeta". Cuando la víctima no les permitió entrar, uno de los acusados "la emprende a golpes con dicha puerta hasta derribarla".

Así, ya dentro, este acusado que portaba la escopeta realizó "un primer disparo contra el hombre que no le llega a alcanzar de lleno, pudiendo salir corriendo". Fue perseguido, realizando el mismo procesado "un segundo disparo" que no le alcanzó, pero sí el tercero "que le hirió en la pierna izquierda".

Una vez que el hombre cayó al suelo, ese procesado aprovechó "para golpearle reiteradamente en la cabeza y otras partes del cuerpo con la culata de la escopeta hasta llegar a romperla sin que el otro acusado hiciera nada para impedirlo"; dándose a la fuga ambos. La víctima resultó con múltiples lesiones que le causaron la muerte.