Es dinero público que se va por el grifo. Malgastado como los 13,7 millones de euros que costó la construcción de los aljibes. La obra no fue sencilla. Se presupuestó en 7,9 millones y costó 12 debido a que hubo que inyectar miles de metros cúbicos de hormigón bajo el tanque para que no se hundiese el terreno. La CHN invirtió, además, otros 1,7 millones para evitar hundimientos en la carretera que bordea el depósito, que eran causados por el agua de lluvia al escurrirse por la cubierta de hormigón.

Todo este esfuerzo no vale para nada. El alcalde abrió el grifo para llenarlos en febrero de 2004 y cuando el PP perdió las elecciones generales dijo que no era una inauguración, sino «que le habían llamado unos señores de Madrid» para ir al acto. Todo después de que se supiese que la foto del grifo era un gesto vacío.

Según un proyecto municipal, la conexión a la red costaría sólo 0,9 millones de euros, pero el Ayuntamiento sólo está dispuesto a pagar el 15% de esa cantidad y exige que CHN ponga el 85% restantes. No hay acuerdo. Mientras, los ovetenses lo pagamos en la factura.

La pieza que falta

Los depósitos de El Cristo son la pieza final de una serie de infraestructuras, construidas por el Ministerio de Medio Ambiente, que deben garantizar el suministro de agua de calidad a Oviedo. En obras están la planta potabilizadora de Cabornio (acabará en 40 meses) y la conexión de ésta con los depósitos (prevista para finales de 2008). Cuando todo esté listo y si se conectan los depósitos a la red, se podrán tirar los viejos aljibes y ganar espacio para ampliar la Universidad. Por otro lado, el agua costará este año a la ciudad 0,32 euros más que hace 11, cuando se privatizó el servicio para un cuarto de siglo.