El procesado, entre los años 2005 y 2010, aprovechando que el matrimonio con el que mantenía una relación de amistad, le visitaba con asiduidad en su domicilio, solicitaba la ayuda de la hija menor de edad de éstos que tenía en esa época entre 6 y 9 años, para que le ayudase en el garaje.

Allí, encontrándose los dos solos, en un numero indeterminado de ocasiones a lo largo de los esos años, le decía a la menor que le practicase sexo oral, aceptando ésta al sentir miedo de él, ya que le decía que le iba a pegar si se negaba o que iba a ir a por sus padres. En esas mismas fechas, en una ocasión, el procesado, con la excusa de ir a comprar tabaco, se llevó a la niña consigo en el coche a una zona boscosa y apartada, donde de nuevo le hizo la misma proposición, bajo amenazas.

Los hechos fueron considerados constitutivos de un delito continuado de agresión sexual. El procesado, tras reconocer los hechos, ha aceptado que se le imponga una condena de 12 años de prisión, inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena, costas, prohibición de acercarse a la persona y domicilio de la niña a una distancia de 500 metros, así como de comunicarse con ella por cualquier medio, durante 20 años y libertad vigilada durante 8 años.

El procesado indemnizará a los padres de la menor con 30.000 euros.