Por mayoría, el jurado ha considerado que la víctima, como el acusado de etnia gitana, falleció por las heridas sufridas. No obstante, considera que el procesado no tenía intención de matarlo. También tiene en cuenta la eximente incompleta de legítima defensa, por seis votos frente a tres, aunque rechaza el miedo insuperable.

Por esta condena, según el letrado de la defensa, la pena va de un año y 9 meses de prisión a tres años y seis meses. En su calificación de los hechos, la Fiscalía pedía para el procesado 13 años de prisión por un delito de homicidio. El abogado del procesado mantuvo que hubo legítima defensa.

(HABRÁ AMPLIACIÓN)