Los sindicatos ELA, LAB y Steilas han convocado paros para los días 16 y 23 de mayo en la enseñanza no universitaria de Euskadi, con el objetivo de "cambiar de raíz la política educativa y los recortes que el Gobierno vasco está imponiendo a lo largo de los últimos años, y revertir la situación que ello está provocando en la educación publica y en las haurreskolak".

En una rueda de prensa en Bilbao, los tres sindicatos han explicado

que para dar cauce a sus peticiones, no tienen "otra vía" que la de incrementar la dinámica de movilización y huelga. El 16 y 23 de mayo convocarán al personal docente, de Educación Especial, de Cocina y Limpieza de la enseñanza pública no universitaria y al personal del Consorcio Haurreskolak a dos nuevos días de huelga.

Además, el 20 de mayo, sábado, llamarán a las familias y a la ciudadanía a participar en las manifestaciones convocadas para las 12.00 horas en Bilbao (Sagrado Corazón), Vitoria (Plaza Bilbao) y San Sebastián (Boulevard). Del mismo modo, a lo largo del mes de mayo realizarán múltiples concentraciones y movilizaciones tanto en los centros educativos como en los diferentes sectores.

En opinión de los sindicatos, si el Departamento de Educación sigue haciendo "caso omiso" a sus reivindicaciones básicas para la "mejora de las condiciones de trabajo y garantizar el quehacer más fundamental del sistema educativo", no les dejará "otro camino que el de dar continuidad el curso próximo a la dinámica de movilizaciones y huelga".

Según han recordado, la convocatoria de huelga y las movilizaciones del pasado 22 de marzo tuvieron un "gran seguimiento y respaldo" en la enseñanza pública no universitaria de Euskadi, tanto por parte del personal docente, como del personal de Educación Especial, de Cocina, de Limpieza y del Consorcio Haurreskolak.

AUMENTAR LA INVERSIÓN

En la convocatoria denunciaron la "grave situación" de la educación pública y propusieron las medidas básicas para revertir la actual situación: aumentar la inversión en educación (mínimo la media de la Unión Europea, hasta alcanzar progresivamente el 6%); incrementar las plantillas al menos en 2.000 personas; reducir la temporalidad del actual 40% (38% personal docente, 41% Haurreskolas, 58% Educación Especial y 63% Cocina y Limpieza) al 6%, estabilizando más de 6.000 puestos de trabajo en los diferentes colectivos o reducir las ratios de alumnado un 10%.

También proponen: recuperar el poder adquisitivo del personal de educación; realizar las sustituciones desde el primer día; retribución íntegra de las bajas desde el primer día; recuperar las medidas que facilitan y acompañan la jubilación; sacar la LOMCE de las aulas y derogar Heziberri, "mera adaptación de la primera a la CAPV"; abandonar la mercantilización de la educación para que, superados los actuales desequilibrios, aquella sea un instrumento de desarrollo personal y social integral (basado en la cohesión social, integración, diversidad, igualdad, coeducación).

Por último, piden desarrollar un modelo de inmersión lingüística en euskara que posibilite un alumnado euskaldun y plurilingüe, así como tener en cuenta la voz y posibilitar la participación de la representación sindical, los agentes educativos y la ciudadanía ante una hipotética Ley de Educación.

Frente a estas reivindicaciones "básicas respaldadas por miles de trabajadores y ciudadanos", han denunciado que el Gobierno vasco "no ha dado muestras de querer abordar una verdadera negociación".