La investigación se inició a finales de marzo cuando una patrulla del Seprona localizó en un monte de Faramontanos de Tábara una jaula-trampa destinada a la caza no selectiva de animales, lista para su uso y con cebo en su interior (dos conejos comunes muertos).

Los agentes procedieron al precinto de la jaula trampa, formularon un acta de inspección, la retiraron del lugar donde estaba instalada y se identificó al titular de la finca donde fue hallada.

Sobre las mismas fechas otra patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Comandancia de Zamora tuvo conocimiento de la posibilidad de que unos pescadores, usaran artes prohibidas para la pesca, en el río Duero, en las proximidades del paraje conocido como 'Los Infiernos', cerca de la capital zamorana, ya que se había hallado una línea sedal durmiente echada en el cauce del río.

SORPRENDIDO EN EL RÍO

En el transcurso de la investigación y la posterior vigilancia de las actividades piscícolas a lo largo de la orilla del río se observó cómo una persona manipulaba y colocaba otro dispositivo.

En el momento de la identificación de esta persona portaba en una bolsa otros tres dispositivos similares a los encontrados en el río, así como del interior de las aguas se extrajeron otros siete dispositivos más.

En total fueron decomisados los once dispositivos localizados (sedales durmientes), y quedaron todos ellos a disposición de la Autoridad competente.

En ambos casos se procedió a la confección de las denuncias administrativas tipificadas para cada caso como supuestos autores de infracciones a la ley de caza y pesca, y se informó al Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León de las actuaciones realizadas.