Trabajadores de US piden por escrito al Vicerrectorado ampliar el espectro de casos en el protocolo de acoso

  • La coalición sindical SUS-SAF, que representa al sector de Personal de Administración y Servicios (PAS) de la Universidad de Sevilla (US), ha presentado un escrito ante el Vicerrectorado de Servicios Sociales y Comunitarios para la mejora del protocolo para la prevención de las situaciones de acoso laboral, sexual y por razón de sexo en la Hispalense, pidiendo la modificación del mismo y que se dé cabida a un mayor espectro de casos.

En el escrito, consultado por Europa Press, la coalición alerta de que el protocolo "no protege" a las víctimas, como quedó demostrado, exponen, en el caso del catedrático Santiago Romero, condenado a siete años de prisión por abusos sexuales y lesiones sobre dos profesoras y una becaria de investigación en la Facultad de Educación.

Avisa SUS-SAF que desde el mencionado protocolo se advierte a las víctimas de posibles expedientes disciplinarios si se considera probado que los datos aportados o los testimonios son falsos y la existencia de mala fe por la parte reclamante, "y de todos es sabido que lo más difícil es aportar pruebas en los casos de acoso". Por ello, piden que este texto sea suprimido en el próximo protocolo.

Por otra parte, en el actual articulado se "devalúan y suavizan notablemente" las conductas y actitudes que constituyen acoso laboral, a juicio de la coalición sindical, que reclama que "todos los ejemplos de conductas y actitudes relativas al acoso laboral que se recogen ya en el actual protocolo se consideren como acoso laboral, sin más matices, limitaciones o apreciaciones subjetivas".

Recuerda asimismo que también hay acoso laboral cuando se dan, "entre otras muchas", circunstancias como el bloqueo del desarrollo o la carrera profesional, limitando, retrasando o entorpeciendo el acceso a promociones.

Asimismo, también identificar este tipo de situaciones cuando se trata de una manera "diferente o discriminatoria" y se usan medidas "exclusivas" contra uno o varios trabajadores, atacando sus convicciones personales o ideología; con actuaciones de represalia frente a empleados que han planteado quejas, denuncias o demandas frente a la organización o frente a los que han colaborado con quienes han presentado denuncia; gritar, avasallar o insultar a la víctima cuando están a solas; o amenazar y presionar a las personas que apoyan a quien reclama.

La asignación de objetivos o proyectos con plazos que se saben "inalcanzables o imposibles de cumplir", la sobrecarga "selectiva" de trabajo, la modificación de atribuciones sin aviso, la difamación de la víctima o la infravaloración de su trabajo son otros de los supuestos que incluyen dentro de las conductas que pretenden se tipifiquen como acoso.

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