Tal y como ha comunicado la Policía Nacional, el pasado mes de diciembre la Polícia Judiciária de Portugal informó de que un ciudadano portugués había denunciado que meses antes dos individuos le habían ofrecido ir a España a trabajar montando y reparando palés por 600 euros mensuales.

Él, tres familiares y un vecino suyo, todos ellos de poblaciones cercanas a Oporto, acudieron a España, donde fueron divididos en grupos destinados a Baixada do Castelo-Bembrive y Camiño do Arieiro. Allí, empezaron a ser sometidos a "un férreo control" y a ser "vigilados y controlados" de forma continua por un miembro del clan.

De acuerdo con el denunciante, las jornadas laborales empezaban a las 6,00 horas y se alargaban hasta las 22,00 horas; los trabajadores vivían hacinados en una caravana sin poder bañarse ni lavar la ropa; y se les sometía a "agresiones físicas y amenazas si no cumplían con una producción mínima de palés o si intentaban huir".

Fruto de la investigación, los agentes concluyeron que detrás de estos hechos había una organización criminal gestionada por un clan familiar, que tenía trabajando a varias personas "en un régimen casi de esclavitud, sin respetar ninguno de sus derechos laborales" y "obligadas" a trabajar en condiciones insalubres y "sin un mínimo de seguridad".

Por todos estos hechos, se procedió a detener a los responsables de la organización -de nacionalidades española y portuguesa- por un delito contra los derechos de los trabajadores, tras lo que quedaron a disposición del Juzgado de Instrucción número 6 de Vigo, por estar a cargo de la causa.