Así lo ha señalado la consejera cuando el parlamentario de UPN Carlos García Adanero le ha preguntado en el pleno de la Cámara foral por "el reconocimiento del valor cualitativo de los municipios vascoparlantes y no vascoparlantes" y le ha reprochado que con el Plan Estratégico del Euskera el Ejecutivo pretenda "imponer el euskera a los ciudadanos".

"Están haciendo ciudadanos de primera y de segunda, eso busca el plan que han elaborado", ha sostenido García Adanero, quien ha criticado que el Ejecutivo foral considere que "los municipios que son vascohablantes tienen más valor".

Ollo le ha preguntado al parlamentario de UPN si se ha leído el Plan Estratégico del Euskera y ha añadido que se teme que no, ya que, según ha indicado, "en ninguna de las 80 páginas figura esa frase". No obstante, ha reconocido que "sí figuró en el borrador en el que se inició el proceso de participación".

La consejera ha considerado "un ejercicio de frivolidad" y "una falacia" que la formación regionalista plantee esta pregunta en la Cámara, "en vez de acudir a la fuente original y al propio documento que el Gobierno tiene colgado en la web", y ha afirmado que "no es voluntad del Gobierno utilizar una de nuestras lenguas para la confrontación y hacer ranking de buenos y malos navarros", mientras que "quizás otros sí".

En este sentido, ha criticado "la obsesión de UPN de utilizar con saña una de nuestras lenguas propias como elemento de enfrentamiento" y ha afirmado que, mientras tanto, el Gobierno de Navarra "avanza como en este caso, que es la primera vez que el euskera cuenta con un plan".

Por su parte, el parlamentario de UPN Carlos García Adanero ha acusado al Ejecutivo foral de "estar limitando los derechos" de los ciudadanos y ha señalado que "si en este Gobierno pintara algo la parte social, los casi 11 millones de euros que se van a gastar en el euskera se podrían destinar a las pensiones de viudedad".

"Nos imponen el euskera, nos limitan los derechos y no nos dejan quejarnos", le ha reprochado el parlamentario regionalista a la consejera, a quien le ha dicho que "mientras tengamos libertad nos quejaremos lo que estimemos oportuno y denunciaremos que quieran imponer el euskera y unos símbolos".