Antón Arias, único candidato a liderar la CEG, niega "traición" y llama a "aprender" del pasado y evitar enfrentamientos

  • A pocas horas de las elecciones, detecta "una indefinición importante" y admite que es posible que no consiga los 94 votos necesarios
Antón Arias, candidato a presidir la CEG
Antón Arias, candidato a presidir la CEG
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Antón Arias, candidato a presidir la CEG

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 25 (EUROPA PRESS)

El constructor Antón Arias, único aspirante en las elecciones de este viernes a la presidencia de la confederación de empresarios de Galicia (CEG), niega que se haya producido "traición" alguna por parte de los empresarios coruñeses al decidir estos, a última hora, presentar candidatura sin haber logrado el consenso que se había fijado como meta el comité ejecutivo de la patronal gallega.

En una entrevista con Europa Press, Arias admite que pudo "haber algún malentendido" o "confusión" por cómo se produjeron los acontecimientos, ya que, en el último momento, y dado que no aparecía una figura consensuada, algunas de las provincias abogaron por prorrogar el mandato de la comisión gestora de la CEG. "Conculcaba los estatutos y no ayudaba a la unidad", responde el candidato.

Una unidad que persigue la CEG desde hace ya años, aquejada de graves dificultades económicas y tras el mandato convulso de José Manuel Fernández Alvariño. El vigués, históricamente enfrentado a Antonio Fontenla -su antecesor en el cargo-, se vio abocado a dejar el liderazgo de la organización por el bloqueo interno que protagonizaron los opositores a su gestión.

Tras él llegó, hace justamente un año, el ourensano Antonio Dieter Moure, pero la división no hizo sino incrementarse: por únicamente 10 papeletas se impuso a su contrincante, José Manuel Pérez Canal, a su vez responsable de la confederación ourensana y ahora uno de los principales críticos con la candidatura de Arias, que atribuye a una jugada de Fontenla, presidente de los empresarios coruñeses.

"PACIFICAR" LA CEG

Arias es vicepresidente en A Coruña y de aquí al viernes se marca el objetivo de "viabilizar" la patronal gallega, "pacificar" la vida asociativa y "dinamizarla".

Para ello, entiende que "el tema económico es fácil de revertir". Los empresarios gallegos están pendientes de formalizar una nueva hipoteca en el edificio de su sede en Santiago, por un valor próximo a 1,2 millones de euros -por debajo del valor de mercado-, que les permita hacer frente a la falta de liquidez y también contar con "un colchón que te permita trabajar sin agobios".

En lo referente a la "pacificación", reconoce que la tarea es más complicada, y apuesta por "mucho diálogo, muchísima transparencia y hacer a todo el mundo partícipe de las decisiones".

En contra de una "estructura burocrática", Antón Arias quiere que la CEG sea "reflejo" de la realidad cambiante que afronta el empresariado, para posicionarse ante problemáticas específicas que le afectan y también ante otras que influyen en la sociedad. Pone dos ejemplos concretos: los precios de la energía estos días y la crisis demográfica en la comunidad gallega.

Para que todo esto "tenga un respaldo normativo", el coruñés se propone, en caso de salir elegido el viernes, llevar a cabo una modificación de estatutos que evite eventuales panoramas de bloqueo, que él mismo puede llegar a sufrir en caso de imponerse por una exigua mayoría.

En su opinión, es preciso cambiar la composición del comité ejecutivo, para "dar más cabida" a las organizaciones sectoriales y para que "alguna provincial que siente que tiene un peso menor que el que le corresponde" se considere mejor tratada.

"Si encontramos una fórmula que entendemos que es la que mejor nos representa y esa fórmula tiene como consecuencia una pérdida de una provincia en concreto en favor de otra o de una sectorial o del conjunto de las sectoriales, no tiene por qué haber un límite", asevera, apelando a la cesión por el bien del grupo. "Los que pierdan perderán a conciencia y sabiendo que es lo mejor para el conjunto", argumenta.

Aunque evita poner plazos a este propósito, resalta que "si en el primer año de mandato" se consigue "sería un éxito". Pero subraya que "va a requerir tiempo porque va a haber propuestas dispares", y lo importante, a su juicio, es que sea una decisión de los órganos directivos y consensuada -los cambios en los estatutos necesitan el apoyo de dos tercios de la asamblea-.

LA CITA DEL VIERNES

Pero para poder poner en marcha sus planes, en una labor que asegura que será "colegiada", en busca de "puntos de encuentro" y para que "todos se sientan a gusto", Arias tiene una cita ineludible este viernes con las urnas, en una asamblea que se va a celebrar a partir de las 13,00 horas.

De 187 votantes, deberá lograr el respaldo de 94, y por el momento cuenta con 72: los 40 de A Coruña y los 32 de Lugo. Pontevedra y Ourense, molestos con su lanzamiento 'in extremis', suman otros 70, y el resto lo aportan las sectoriales. "Algunas me han manifestado su apoyo y alguna me ha dicho que no, aunque también me han dicho que reflexionarían sobre lo que se habló ayer", apunta quien opta a presidir la CEG.

Con esto se refiere al comité ejecutivo de este martes, en el que trasladó sus motivaciones para dar el paso adelante y presentarse. Defiende que se lo pidieron sus compañeros de A Coruña el jueves pasado, tras un largo debate, en el que llegaron a la conclusión de que "en una situación tan de callejón sin salida, solo queda el reconducir todo esto y viabilizarlo". "No queda otro camino", apostilla.

Así las cosas, llama a "no repetir comportamientos" y "aprender" del pasado. "La organización no puede permitirse el lujo de perder más tiempo y sobre todo perderlo en enfrentamientos", sentencia.

A estas alturas, detecta una "indefinición importante" en los electores y destaca que de aquí al 27 seguirá con las conversaciones. "Más que convencer quiero que el discurso llegue claro y que se vea a qué responde todo esto", explica.

Reconoce que la posibilidad de que no logre el voto mayoritario "cabe", y entonces no será designado presidente y se nombrará una nueva comisión gestora, que tendrá otros dos meses para, a finales de marzo, aproximadamente, volver a celebrar comicios.

No obstante, espera que esto no ocurra, y esgrime el "respeto" que percibe hacia su persona para "poder superar este momento".

Arias asegura que ya ha hablado con Jorge Cebreiros (presidente en Pontevedra) y Pérez Canal (Ourense) y que hubo "entendimiento y comprensión mutua". "Cada uno ha expuesto sus puntos de vista y me ha animado que hayan tenido palabras que los agradezco hacia mi persona", expone.

Así, concluye que, aunque entiende que pudo darse "algún malentendido" o "confusión" en los últimos días, "no ha habido -en su opinión- ningún tipo de traición". "Desde A Coruña entiendo que las formas han sido exquisitas", agrega, antes de apelar a que los empresarios gallegos hagan "un pequeño esfuerzo de obviar la forma", porque "si en el fondo" están "todos de acuerdo", lo urgente, desde su punto de vista, es "ponerse a trabajar" y hacerlo todos "en la misma dirección".

RELACIONES CON LA XUNTA

Por otra parte, preguntado sobre sus intenciones en relación con la red 'Pexga' de oficinas en el exterior, que la CEG inició en colaboración con la Xunta, Antón Arias no duda en afirmar que, "en este momento, tal y como está planteada, no es beneficiosa" para la patronal.

"Nos gustaría poder continuar pero con otras reglas de juego, porque tiene una serie de planteamientos económicos que dañan los recursos de la asociación", señala.

En este sentido, cree que "si la administración tiene interés", se podrá "llegar a un acuerdo", y considera que el "desencuentro" por una partida que le reclama el Gobierno gallego relativa a este plan "no tiene por qué entorpecer la colaboración".

De hecho, sobre esta reclamación, Arias indica que la confederación de empresarios "acatará" lo que se le diga y "reintegrará el dinero" si así lo decide la justicia.

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