El mes de octubre ha cumplido varios tópicos laborales en nuestro país. El más destacado de todos, que el paro ha crecido; un hecho habitual en este mes que sufre por el fin de la campaña turística, las nuevas altas en las oficinas de Empleo tras el verano y por la finalización de la recogida de algunos productos agrícolas como la uva.

En total, la lista del paro añadió a 44.685 personas respecto al mes anterior, según ha informado este jueves el Ministerio de Empleo. Es la tercera subida mensual consecutiva del desempleo. Un motivo de "preocupación" para los sindicatos. El Gobierno, sin embargo, se encuentra satisfecho porque ha sido la subida más leve en un mes de octubre desde 2007 y porque los 3.764.982 parados ahora en el país son medio millón menos que hace un año. "Es un paso más en la recuperación del mercado laboral", ha dicho en rueda de prensa Juan Pablo Riesgo, secretario de Estado de Empleo.

El segundo tópico tiene que ver con la afiliación a la Seguridad Social, que ha ganado cotizantes en octubre (101.335 afiliados más) debido al subidón de las contrataciones educativas por el comienzo del curso escolar. Hasta 123.054 empleos extra se contabilizaron en las aulas (un 17,9%) el pasado mes. Y fue el mayor empuje para el sistema, que ofreció en octubre una afiliación media de 17.813.356 personas.

"La recuperación del empleo se basa siempre en actividades estacionales", lamenta Mari Camen Barrera, secretaria de políticas de Empleo de UGT, que pone de ejemplo a los Servicios, un sector afectado por el fin de la campaña turística de verano.

El fin del estío hundió la ocupación en el sector hostelero —55.856 afiliados menos (-4,4%)— y en las actividades sanitarias y servicios sociales, que perdieron 32.899 cotizantes (-2,3%). En Baleares, por ejemplo, una de las autonomías que más turistas reciben, el número de parados creció un 18,1%.

Tampoco son datos que preocupen al Gobierno porque el aumento de afiliados de octubre fue el mayor en este mes de forma histórica y la ocupación, en términos interanuales, se ha elevado en 591.889 personas. "Los octubres grises de la crisis están superados, las reformas están funcionando", ha valorado Tomás Burgos, secretario de Estado de Seguridad Social.

Y hay un último tópico enquistado, que es la excesiva temporalidad y dualidad de nuestro mercado laboral. Apenas 89.520 de los 1.867.360 contratos firmados en octubre (un 4,8%) fueron de 'calidad', es decir, indefinidos y de tiempo completo. El resto tenían algún tipo de precariedad asociada, bien por limitación de jornada (eran parciales) o porque su duración era determinada (eran temporales).

El escenario peor es el que conjuga ambos tipos de precariedad. Y estos suponen actualmente un 33,7% de todos los registros. Es decir, uno de cada tres contratos que llegan a firmarse no permiten una planificación de vida, tanto porque el salario mengua a la par que el recorte de horas trabajadas, y porque su temporalidad impide tener una seguridad ante el futuro.

La llamada 'doble precariedad' se ha enquistado en este nivel, que es 11 puntos superior al que existía antes de la crisis económica y 15 puntos mayor a la comienzo de siglo. En octubre se alivió en algunas décimas respecto al mismo mes de los dos ejercicios anteriores. Pero sigue siendo muy elevado comparado con toda la serie histórica.

Fuente: Elaboración propia / Datos del Ministerio de Empleo

"Son niveles inaceptablemente altos de precariedad", analizan desde CC OO, que culpan a un "modelo de crecimiento basado en servicios poco productivos y de bajo valor añadido como el comercio y la hostelería", que según el sindicato basan su negocio en el uso excesivo de la precariedad y la temporalidad. El portavoz socialista de Empleo, Rafael Simancas, lamenta que este tipo de contratos "hacen imposible una vida digna".

Tampoco esto es fuente de preocupación para el Gobierno, que ha presumido este jueves de que el pasado mes se firmaron un 6,1% más de contratos que en octubre de 2015 —ha sido el mejor 'octubre' en esta medición de los últimos nueve años— y también de que los 166.830 contratos fijos firmados son un 10% más que en el mismo mes del año pasado... aunque pesen apenas un 8,9% respecto al total de contrataciones.

La temporalidad, de hecho, sigue tiñendo la mayor parte de los acuerdos: hasta 1.700.530 rúbricas fueron de duración determinada. "Es un nivel absolutamente insoportable y reviste signos de gravedad permanente", ha criticado Pepe Álvarez, secretario general de UGT, tras conocer el dato.

Si la elevada precariedad es uno de los puntos débiles del mercado laboral español, el otro es la baja cobertura de las ayudas. En septiembre —la Seguridad Social publica los datos de prestaciones con un mes de decalaje— apenas un 54,2% de los parados tenían alguna prestación por parte del Estado, tres décimas menos que en el mismo mes de 2015. Es decir, casi la mitad de los desempleados ha agotado la protección al desempleo.

"Son más de 1.860.000 personas sin ayudas", alerta Mari Carmen Barrera, que pide un plan de choque con "recursos destinados a la protección de parados de larga duración" y a la formación de estos desempleados que, según explica el secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, "tendrán difícil reinsertarse en el mercado laboral si no adquieren nuevas habilidades".

El número de ayudas, además, se ha reducido un 6,9% respecto al año pasado (ahora se otorgan 609.845 prestaciones) y la cuantía media bruta de la prestación contributiva se ha reducido ligeramente hasta los 797,1 euros (0,6 menos que en septiembre de hace un año).