Nueve de cada diez homicidios por violencia doméstica son muertes «silenciosas» que se producen sin que haya habido antecedentes de agresiones. Es la conclusión de un informe encargado por el Justicia de Aragón y en el que el médico forense Juan Antonio Cobo ha revisado 266 asesinatos y 626 casos de control de violencia doméstica. El doctor Cobo señaló que las «muertes silenciosas» no forman parte de las medidas de prevención de los malos tratos y señaló que, en estos casos, el asesino pasa por un proceso de «rumiación» que se convierte en una obsesión y el primer acto agresivo «suele ser la muerte y de una manera explosiva».