Una entidad social se hace cargo de un hombre que atracaba para ir a la cárcel

  • Un juez tomó la decisión tras la peticción de los Mossos d'Esquadra, que defendieron al atracante.
  • El hombre intentó cuatro robos en pocos días para ir a la cárcel y tener techo.
  • Todos los atracos, aseguran, fueron en grado de tentativa, sin violencia, y sin resistencia al ser detenido.
  • El varón, de 38 años, ya está trabajando en la organización y vive con una familia de acogida.
Interior de una prisión.
Interior de una prisión.
Carlos H. Vázquez
Interior de una prisión.

El juzgado de instrucción número 4 de Reus ha derivado a una entidad social, a petición de los Mossos d'Esquadra, a un hombre que intentó cuatro atracos en pocos días para ir a la cárcel y tener así un techo.

Se trata de un hombre de 38 años de edad que el pasado miércoles 19 intentó atracar un banco en el centro de Reus (Tarragona), los Mossos le detuvieron poco después, pasó a disposición judicial al día siguiente y el juez le dejó en libertad con cargos.

Nada más salir, intentó atracar otro banco cercano a los juzgados armado con una jeringuilla y esperó, sentado en una silla de la propia sucursal, a que le vinieran a detener.

Al salir otra vez en libertad con cargos, intentó atracar en dos farmacias -los bancos ya estaban cerrados- y otra vez esperó a que le vinieran a detener porque quería ir a la cárcel para no encontrarse en la calle.

El subjefe de la comisaría de Reus, el subinsepector Xavier Hervás, señala que se trata de un caso tan infrecuente que los Mossos pidieron autorización al juez para derivarle a una entidad social.

Un hombre pacífico y sin familia

"Todos los robos fueron en grado de tentativa, sin violencia, no opuso ninguna resistencia, es un caso de pura desesperación y la salida no podía ser que lo intentara una y otra vez", desgrana.

Sin embargo, aunque se tendrán en cuenta todos estos eximentes, los casos penales siguen adelante.

El hombre, formado en informática, de personalidad pacífica y sin familia, tenía antecedentes policiales y penales de muchos años atrás por un delito leve, aunque ya estaba totalmente reinsertado desde hacía tiempo.

Al quedarse sin un subsidio que cobraba, no pudo pagar la habitación donde vivía y optó por acabar en la cárcel antes que en la calle.

En el primer intento de atraco, lo redujeron los propios trabajadores y, en el segundo, "se quedó sentado esperando a que llegáramos" e "incluso uno de los empleados nos aseguró que ni siquiera daba miedo cuando irrumpió en la oficina", dice Hervàs.

El subinspector señala que "este caso tocó nuestra vertiente más humana, buscamos y propusimos al juez una entidad social".

El hombre ya está trabajando en esta organización y alojado con una familia de acogida mientras se le busca un empleo más estable e incluso "hoy ha pasado por comisaría para darnos las gracias, no pasa cada día", concluye Hervás.

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