Un expresidente de Caja Madrid revela que el límite de las 'black' se multiplicó por 277 a su salida

  • Jaime Terceiro ha admitido que las 'black' eran solo para gastos de representación y descarta que formaran parte de las retribuciones de los consejeros.
  • El límite de la tarjeta pasó de 600 a 500.000 euros.
  • El testimonio de Terceiro estaba previsto para el pasado 11 de octubre, pero que fue pospuesto por un error en la citación.
  • Este lunes declaran un total de 12 implicados.
  • Todo sobre el juicio de las 'tarjetas black'.
El expresidente de Caja Madrid Jaime Terceiro, en una imagen del monitor de la sala de prensa de la Audiencia Nacional, en San Fernando de Henares.
El expresidente de Caja Madrid Jaime Terceiro, en una imagen del monitor de la sala de prensa de la Audiencia Nacional, en San Fernando de Henares.
EFE
El expresidente de Caja Madrid Jaime Terceiro, en una imagen del monitor de la sala de prensa de la Audiencia Nacional, en San Fernando de Henares.

El expresidente de Caja Madrid Jaime Terceiro ha dicho este lunes que las tarjetas opacas de Caja Madrid, que investiga la Audiencia Nacional "se envilecieron con el uso" que les dieron los consejeros posteriores a su mandato, que sorprendentemente en quince años no tuvieron tiempo de "clarificar sus condiciones y su uso".

Jaime Terceiro ha asegurado que un sistema de retribuciones para consejeros mediante tarjetas era "inconcebible" en la entidad mientras él estuvo al frente, y ha reiterado que las que son objeto del presente juicio eran exclusivamente para gastos de representación.

Además, tenían un límite "técnico" de 600 euros, ha recordado durante su declaración como testigo en el juicio contra los 65 acusados de utilizar tarjetas opacas de Caja Madrid y Bankia, que llegó a multiplicarse por 277 hasta alcanzar los 500.000 euros en años posteriores a su mandato en Caja Madrid.

Pero mientras él fue presidente de la entidad, entre 1988 y 1996, ese límite "técnico" no se modificó, entre otras cosas porque el gasto medio efectuado era de entre 250 y 300 euros mensuales.

Como es lógico, ha añadido, tampoco se podía retirar dinero en efectivo de los cajeros, "no sólo no se distribuyeron los números pin de contraseña, es que ni siquiera se emitieron".

Sin embargo, ha recordado, que con posterioridad a su salida de la entidad financiera este límite llegó a elevarse hasta el medio millón de euros; si bien ha admitido que el sistema de compensación de gastos que tenía sentido en 1988 lo pierde en 2003, para poder hacer un cálculo justo "hay que multiplicar por 1,8, pero no por 138".

No era una práctica extendida

A preguntas del fiscal Anticorrupción Alejando Luzón, Terceiro ha asegurado que en ningún caso se mantenía el uso de la tarjeta una vez que se dejaba de ser consejero, puesto que con ella se trataba de abonar gastos efectuados precisamente durante el ejercicio de las funciones de consejero.

Según ha asegurado, "quienes dicen que estas prácticas estaban extendidas en otras entidades" no están en lo correcto, ya que se trataba de un sistema "inconcebible: se está intentado trasladar que ha habido un comportamiento espurio cuando la mayoría del sector actuó correctamente".

Del control de las tarjetas se encargaba la secretaría general de la entidad, que en los años en los que él fue presidente estaba ocupada por Angel Montero, ya fallecido.

En su calidad de presidente ejecutivo Terceiro no revisaba "los estadillos" de los gastos de las tarjetas, pero le consta que el entonces secretario general rechazó en algún caso algún caso concreto, que no se correspondía con gastos originados por el ejercicio de las funciones de consejero; por ejemplo, algunos realizados en fines de semana o con importes muy altos. Y es que ese tipo de gastos "no se correspondía con la política de seriedad y austeridad" de la caja.

No obstante, a partir de 1995, con la incorporación de nuevos consejeros, se empezó a hablar en la entidad de si el sistema se habría quedado obsoleto o no, motivo por el cual fue preciso recordar a algunos consejeros cuál tenía que ser el uso que se debía dar a las tarjetas; en concreto, Ángel Montero lo recordaba "semanal o mensualmente".

Es cierto, ha admitido, que algunos consejeros tenían la sensación de que las dietas eran muy bajas, al tiempo que "estaba el mantra de que teníamos que igualarnos con el resto del sector", es decir, con los bancos.

En su opinión, las dietas en Caja Madrid eran "bajas, pero hay que ser consciente de las diferencias entre cajas y bancos; para equipararnos a los bancos, hubiéramos tenido que cambiar la naturaleza jurídica", algo que no fue posible durante su mandato.

En cualquier caso, ha señalado, no le cabe en la cabeza "que se cree un mecanismo de compensación de gastos que no esté explícitamente recogido en las actas de gobierno", y tampoco que haya diferencias entre un consejero y otro: "¿A alguien le cabe en la cabeza que un consejero tenga una póliza de seguro más elevada que la de otro?".

Por lo que respecta a las tarjetas objeto del juicio, Terceiro ha querido dejar claro que "tarjetas tan singulares" no se crearon durante su mandato, ya que está probado que se emitieron cuando él ya había dejado la caja, a partir del año 2000.

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