Según han confirmado fuentes del Tribunal Superior de Xustiza, la magistrada ha dado la indicación de que los vagones no pueden ser reparados en un plazo de un mes, que puede ser prorrogado para la realización de las pruebas periciales necesarias en la investigación.
Del mismo, tampoco se autoriza, por el momento, la reparación de las vías, dado que quedan inspecciones por realizar, por parte de los peritos judiciales y de los técnicos de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios.
De hecho, una treintena de estos técnicos ya estuvieron el pasado viernes en la estación de O Porriño para revisar los vagones y, tras horas de inspección y de diferentes pruebas, concluyeron que el sistema de frenado del tren funcionaba correctamente. Tampoco detectaron nada irregular, a simple vista, en la señalización o en las vías.
No obstante, en esta semana está previsto que se hagan revisiones adicionales de las vías, concretamente en los enclavamientos, los sistemas que hacen que los trenes vayan por una vía y no por otra.
Este Tren Celta que cubría la línea Vigo-Oporto, descarriló a las 9,25 horas del 9 de septiembre, causando 4 muertos (entre ellos, el maquinista) y 49 heridos. Según los datos registrados en las cajas negras, el convoy circulaba a 118 kilómetros por hora en el momento del accidente, pese a que la velocidad máxima permitida en esa vía era de 30 kilómetros por hora, y pese a que el maquinista recibió dos avisos para moderar la velocidad (y confirmó que los había recibido).
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