La Policía Nacional ha liberado a una mujer embarazada de seis meses que estaba siendo obligada a prostituirse en Ibiza por una organización de ciudadanos rumanos.
La operación —en la que han sido liberadas otras nueve mujeres— se ha desarrollado de forma conjunta con agentes rumanos y se ha saldado con la completa desarticulación de la organización y con la detención y encarcelamiento sin fianza de siete personas en España (seis en Ibiza y una en Tarragona) y dos en Rumanía, según ha comunicado este martes la Policía.
Las mujeres habían sido captadas en Rumanía y posteriormente habían sido trasladadas a la isla balear para explotarlas sexualmente en la calle y en clubes de la localidad. La llamada de una mujer al teléfono gratuito contra la trata (900 105 090) alertó de la situación de la embarazada.
Desde ese momento, se lanzó la operación conjunta entre los agentes de ambos países que ha desembocado en la detención de los miembros de la banda tras realizarse dos registros simultáneos en un domicilio y un prostíbulo de Ibiza, así como en otros dos viviendas de la localidad rumana de Calasari. Se han intervenido 21.500 euros y material informático y otra documentación incriminatoria que está siendo analizada por expertos policiales.
Agresiones, humillaciones y vejaciones si no se prostituían
Los dos detenidos en Rumanía son hermanos y eran los encargados de dirigir esta organización criminal dedicada al tráfico y explotación sexual de mujeres. Buscaban mujeres jóvenes —incluidas menores de edad o con los 18 años recién cumplidos— y de familias desestructuradas tanto en Calarasi como en las redes sociales y las seducían prometiéndolas una vida en pareja en Ibiza, un método que la Policía denomina Lover Boy.
Según este método de engaño, tras un breve periodo de relación, los tratantes convencían a las víctimas para que trabajaran ejerciendo la prostitución por el bien común. Era entonces cuando se daban cuenta de que habían sido engañadas y que había otras mujeres en su misma situación. Y si se negaban a prostituirse, eran sometidas a violentas agresiones, humillaciones y vejaciones, así como a abortar si se quedaban embarazadas. Según informa la Policía, varias víctimas relatan que la situación a la que estaban siendo sometidas era tal que había habido varios intentos de suicidio.
Los agentes han constatado el envío a Rumanía de cerca de 700.000 euros provenientes de la explotación sexual de las víctimas
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