La carrera, en otra ciudad

  • Muchos alumnos dejan el nido familiar para ir a la universidad.
  •  Organizar su nueva vida cotidiana es la clave para poder superar el curso.
Los argumentos a favor del traslado  van desde tener más independencia a conocer otra ciudad, otras personas y otra forma de vida, además de vivir con otros estudiantes y preparar tu emancipación definitiva. (Luis Frutos).
Los argumentos a favor del traslado  van desde tener más independencia a conocer otra ciudad, otras personas y otra forma de vida, además de vivir con otros estudiantes y preparar tu emancipación definitiva. (Luis Frutos).
Los argumentos a favor del traslado  van desde tener más independencia a conocer otra ciudad, otras personas y otra forma de vida, además de vivir con otros estudiantes y preparar tu emancipación definitiva. (Luis Frutos).

Irse a otra ciudad a estudiar es una oferta muy atractiva para cualquier joven. Pero tiene sus peligros: algunos estudiantes aprenden a disfrutar tanto de su tiempo libre que acaba costándoles el curso, algunos miles de euros o, incluso, el abandono de la carrera.

Vivir con otros estudiantes puede ser muy divertido, pero tal vez no es la situación ideal para estudiar. El ambiente y las posibilidades de la nueva ciudad, la distancia a casa, el orden o la alimentación son cuestiones a tener en cuenta para superar con éxito los estudios.

DEBES ANALIZAR

Por qué.- Existen muchas razones: a veces hay que salir de casa porque no hay posibilidad de estudiar la carrera que quieres donde vives, porque te gusta la oferta de prácticas de una universidad o su prestigio, por el atractivo de la ciudad, o, simplemente, porque es el lugar en el que te admiten.

Pros y contras.- Los argumentos a favor del traslado van desde tener más independencia a conocer otra ciudad, otras personas y otra forma de vida, además de vivir con otros estudiantes y preparar tu emancipación definitiva. Por contra, es más caro que vivir en casa de tus padres y tiene los inconvenientes de la mudanza y los viajes. Se disfruta de menos comodidad y estabilidad y te obliga a alejarte de la familia y de los amigos.

Responsabilidades.- La administración del dinero, la alimentación, el mantenimiento de la casa o la convivencia con los otros estudiantes. Salir fuera a estudiar implica asumir un lote completo de responsabilidades, enfrentarse a problemas cotidianos. Todo esto puede parecer un inconveniente, pero es más bien lo contrario: se trata de un paso imprescindible en la formación de cualquier joven.

Presupuesto.- Es el punto de partida. Estudiar fuera de casa, en España, no te saldrá por menos de 6.000 euros el curso. A partir ahí habrá que empezar a sumar en función de la ciudad elegida, de si se trata de un centro público o privado y del tipo de alojamiento (residencia, piso compartido…).

Equipaje.- Para el alojamiento es imprescindible llevar ropa de cama, toallas, una lámpara, algunas herramientas y un despertador. Para ti debes llevarte la ropa y el calzado apropiados, tus objetos personales y artilugios electrónicos preferidos. Y, por supuesto, todo lo necesario para estudiar, desde un bolígrafo al ordenador portátil.

Adaptación.- Primero hay que organizar la habitación y luego la casa. Para adaptarse al nuevo entorno hay que tener un lugar de estudio adecuado y establecer algunas normas para los espacios comunes. Después hay que explorar el vecindario, ver dónde está el supermercado, el médico, la biblioteca o el transporte público.

Intendencia.- Surgen nuevas obligaciones: limpiar la casa, cocinar o hacer la colada. No hace falta convertirse en Mr. Proper, pero unas rutinas mínimas te pueden ahorrar tiempo y dinero. Cocinar no es un castigo, y, además de alimentarte, puedes liberarte del estrés.

ELLA SE FUE

Isabel Gómez . 21 años, licenciada en Biología:   "Es una experiencia estupenda"

"Me tuve que ir de casa, porque la carrera que quería estudiar me la ofrecían fuera. En Segovia, además, tienen buenos laboratorios, es un buen sitio para estudiar y allí tengo unos tíos. Viví con ellos y ha sido como estar en casa. Me hubiera gustado probar a vivir con otras personas. Además, las residencias no están mal y los pisos son baratos. Creo que vivir fuera es una experiencia estupenda. Yo soy muy responsable, pero hay que divertirse, la vida son dos días y la fiesta hay que disfrutarla".

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