Además, también se le ha impuesto la prohibición de comunicarse con la menor por cualquier medio o de acercarse a la misma, a su domicilio, cualquier lugar donde se encuentre a una distancia que no sea inferior a 300 metros por periodo de siete años, tiempo por el que se le ha impuesto también como medida de seguridad de libertad vigilada, han informado a Europa Press fuentes de la Asociación de Ayuda a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos (Adavas).

La sentencia considera probado que en Navidad de 2014, el acusado mantuvo relaciones sexuales con penetración vaginal con su hija que entonces contaba 14 años de edad habiéndose repetido en otras siete u ocho ocasiones, la última en junio del 2015, en el domicilio familiar de una localidad de la provincia de León. Un mes después, el julio de 2015, el condenado reconoció los hechos e ingresó en prisión provisional.

Llegado el día del juicio y con carácter previo, el Ministerio Fiscal modificó su escrito de calificación a efectos de lograr conformidad, para lo que introdujo en el relato de hechos probados que el acusado desde el inicio había reconocido los mismos y había colaborado con la Administración de Justicia, a lo que se adhirió la acusación particular ejercida por Adavas.