Son muchas las personas que cada fin de semana y fiestas de guardar se acercan hasta los Reales Sitios de La Granja de San Ildefonso, ya sea para pasear entre las fuentes y avenidas arboladas de sus jardines o para degustar ese judión en alguno de los muchos restaurantes de la localidad segoviana. Desde luego nada que objetar, pero la localidad guarda más tesoros, muchos más. 20 Minutos ha paseado por sus calles en busca de esos rincones mágicos que bien merecen nuestra visita. El arte, la cultura y el patrimonio son el hilo conductor de una selección de lugares con un encanto especial.

A caballo entre una iglesia y un museo

Ésa es la sensación que se apodera de nosotros apenas hemos entrado en el local de antigüedades de Ángel Escorial que queda justo a la entrada de La Granja desde Navacerrada. Arte y Segovia S.L. , no podía llamarse de otra manera, es un catálogo inigualable de joyas de todas las épocas y de todas las escuelas posibles. "Nos dedicamos sobre todo al arte español, desde la Alta Época hasta el siglo XIX", explica Andrés, "aquí tenemos desde cristal de La Granja, cerámica de Zuloaga, mobiliario español...". Cuando levantamos los ojos de una pieza y vemos la enorme cantidad de objetos que se acumulan a lo largo y ancho de los pasillos sentimos un leve cosquilleo al estar ante pedazos de nuestra Historia. Objetos históricos que podemos llevarnos a casa. "Tenemos copas de cristal de La Granja por 100€", y un aviso para los clientes más selectos: "acabamos de vender un Picasso por un millón de euros".

Desde hace 20 años Arte Segovia se ha dedicado a la compra y venta de antigüedades y también a su restauración. El establecimiento, en lo que antiguamente eran unas caballerizas, guarda verdaderos tesoros. Como una colección completa de frascos farmacéuticos de cristal de la Fábrica de La Granja que aún guardan hierbas medicinales y también antiguos venenos. Andrés nos lleva ante su joya preferida, "es un bodegón de F. Schneider, de 1610-20", un enorme cuadro de estilo flamenco titulado 'Puesto de Pescados' que se presenta "con su marco original". Cerámicas de Toledo y Aragón, dos cómodas casulleras provenientes del segoviano Monasterio de El Parral, tras las famosas desamortizaciones, son parte de una colección única. Y entre tanto, aparecen a la vuelta de la esquina un tápies y un picasso, más joyas para una corona ya repleta, quizás la guinda para los amantes del Arte con mayúsculas.

Libros y música a la vera del Real Sitio

Librería Farinelli es también uno de esos sitios donde la cultura se siente cómoda y viva. Sorprende mucho ver cómo hay todavía personas que en los tiempos de Internet y de lo digital que se atreven a invertir su dinero en este tipo de negocios. Y es que "hay mucho insensato por el mudo", nos comenta en broma Paloma Vallejo encargada del local. La preguntamos por el nombre de Farinelli. Nos da unas pinceladas de su vida y cómo "durante años estuvo en la Corte, aquí en La Granja". Un cantante de fama internacional que vino a España para "animar" al depresivo Felipe V, "un nombre original de un personaje del que apenas se ha hablado".

La calidez que transmiten sus salas repletas de libros, sofás y sillones para relajarnos con la lectura, un fondo bibliográfico y temático casi ilimitado, todo esto hace de la librería Farinelli un lugar especial. "Organizamos también debates literarios y ciclos de ópera que proyectamos en la planta baja", explica Paloma. Farinelli pretende ser una librería de ejemplares selectos que no podemos encontrar en cualquier parte, sus diez libros más vendidos "no tienen nada que ver" con la lista de las grandes superficies. Abierto toda la semana, recibe el mayor número de visitas los fines de semana con la afluencia de turistas. Pero también los hay que se desplazan adrede a la librería desde pueblos vecinos de Segovia e incluso de Madrid.

Un punto de encuentro cultural y un atractivo catálogo de libros y música barroca hacen que desde hace tres años Farinelli sea, más que un negocio, una institución cultural.

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