El Banco de España tampoco se cree la previsión del Gobierno: el déficit no bajará del 3% en 2017

  • Mejora su previsión para 2016, al reducirla del 4,4% al 4,1% del PIB, cinco décimas más de lo que prevé el Gobierno.
  • Advierte que los cambios en la política fiscal pueden llegar a suponer un riesgo a la baja para la actividad económica.
  • El Banco de España prevé que el crecimiento del PIB se desacelere al 2,1% en 2018 y una tasa de paro para ese año del 17,3%.
El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, durante una comparecencia en la comisión del Congreso de los Diputados.
El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, durante una comparecencia en la comisión del Congreso de los Diputados.
Javier Lizón / EFE
El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, durante una comparecencia en la comisión del Congreso de los Diputados.

El Banco de España calcula que el déficit público se situará por debajo del umbral del 3% del PIB en 2018, un año más tarde de lo que exige Bruselas, al tiempo que ha mejorado su previsión para 2016, al reducirla del 4,4% al 4,1% del PIB, cinco décimas más de lo que prevé el Gobierno. Ni la Comisión Europea ni el organismo dirigido por Luis María Linde creen que España baje del 3% de déficit en 2017, tal y como estima el Gobierno.

En las proyecciones macroeconómicas para el periodo 2016-2018, publicadas este martes, la entidad explica que las diferencias con respecto a los objetivos oficiales se deben fundamentalmente a que recogen incrementos más moderados de los ingresos públicos y del PIB nominal. Se mantiene en el 3,4% el déficit de 2017 (cinco décimas más de lo que prevé el Gobierno) y no bajará del 3% hasta 2018 (2,9%).

El Banco de España señala que se mantiene la incertidumbre en torno al proceso de consolidación presupuestaria, tanto en lo que tiene que ver con su intensidad y pauta temporal, como en lo relacionado a su composición, con lo que los cambios en la política fiscal pueden llegar a suponer un riesgo a la baja para la actividad económica.

La entidad solo incorpora las decisiones impositivas ya aprobadas o con una alta probabilidad de serlo, sobre todo en un contexto como el actual "caracterizado por una notable incertidumbre acerca del curso futuro de la política presupuestaria".

La proyección para 2016 ha mejorado respecto a la de marzo, al incorporar la información de la Actualización del Programa de Estabilidad, que incluye medidas adicionales de control del gasto público por valor de 3.500 millones de euros, de los que 2.000 millones se corresponden con el ajuste presupuestario del Estado y el resto con medidas que se esperan que adopten las autonomías.

Prevé que el PIB se desacelere

El Banco de España prevé que el PIB se desacelere hasta el 2,1% en 2018, tras crecer un 2,7% este año y un 2,3% en 2017, mientras que la tasa de paro se reducirá hasta el 17,3% de la población activa en 2018, según la actualización de las previsiones de la autoridad monetaria, que incorporan por primera vez el pronóstico para 2018. Un trienio de ritmo "gradualmente decreciente" en comparación con el observado en 2015.

Según la autoridad monetaria, el avance de la economía seguirá apoyándose en la corrección de los desequilibrios de la economía, en particular en la mejora de las condiciones competitivas y en la disminución del grado de deuda de empresas y familias, así como en la persistencia de condiciones favorables para la financiación de los agentes, alentadas a su vez, por la orientación expansiva de la política monetaria.

Sin embargo, se producirá una desaceleración por la pérdida de fuerza de algunos elementos que, con carácter transitorio, han impulsado la actividad en la etapa más reciente, como la bajada de precio del petróleo, la depreciación del euro o algunos estímulos presupuestarios, lo que se compensaría parcialmente, en el medio plazo, con una recuperación paulatina de los mercados de exportación.

Los pronósticos del Banco de España contemplan que la expansión del producto siga sustentándose, como viene ocurriendo desde 2014, en el empuje de la demanda interna (especialmente del consumo de los hogares, apoyado en la fortaleza del flujo de creación de empleo). Por su parte, la demanda exterior continuará realizando una aportación negativa al crecimiento del PIB, aunque de magnitud cada vez más reducida.

En concreto, el consumo privado pasará de un crecimiento del 3% en 2016 al 1,8% en 2017 y al 1,5% en 2018, mientras que la formación bruta de capital pasará del 4,8% este año al 5,5% en 2017 y al 4,9% en 2018, manteniendo todavía un "elevado dinamismo" por la reducción del coste de la financiación ajena.

En cuanto al empleo, el Banco de España afirma que el dinamismo de la actividad seguirá impulsando la creación de empleo, favorecida además por el hecho de que el crecimiento PIB estará muy orientado hacia el sector servicios, muy intensivo en mano de obra. Así, la tasa de paro pasará del 19,7% este año al 17,3% en 2018.

En el terreno doméstico, el Banco de España prevé que la prolongación de la incertidumbre política, tras la convocatoria de unas nuevas elecciones, puede dar lugar a que los agentes pospongan, en el corto plazo, algunas decisiones de gasto como consecuencia de la indefinición acerca del curso futuro de las políticas económicas. En cuanto a la política fiscal, la incertidumbre afecta tanto a la pauta temporal del proceso de consolidación fiscal como a su composición y, por tanto, al efecto final de este proceso sobre la actividad.

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