El edificio constituye un "ejemplo característico" de la arquitectura religiosa de la Vera, resultante del proceso constructivo que se va a dar en toda la comarca durante el siglo XVI y que coincide con un momento de bonanza económica y demográfica, que va a contar con el patrocinio tanto del clero como de la nobleza.

A pesar de su modestia exterior, la iglesia parroquial de El Salvador destaca por la "riqueza espacial" de su espacio interno, de gran unidad, donde se conjuga la cubierta en bóveda de arista de la cabecera con una "interesante cubierta" de madera en par y nudillo que cubre la nave.

Por su parte, la torre-campanario dota "de mayor singularidad" al conjunto y define con su remate de ladrillo la silueta urbana del municipio, según ha informado la Junta tras la celebración del Consejo de Gobierno.

Además, el templo cuenta también con piezas de arte dignas de ser mencionadas entre las que destaca, por su "grandiosidad", el retablo mayor, del siglo XVIII, obra del escultor local Manuel Álvarez Benavides.

Otros elementos de interés son los crucificados de los siglos XIV y XV, los frontales de azulejos talaveranos o la "interesante colección" de ropas litúrgicas que alberga la sacristía.