El arte de Maria Lassnig sobre la conciencia traumática del cuerpo

  • La gran pintora austriaca, fallecida en 2014, fue una pionera en la representación de la alienación y el bloqueo emocional de los seres humanos contemporáneos.
  • La Tate de Liverpool muestra la primera gran retrospectiva en el Reino Unido de la creadora que llevó a la pintura los traumas causados por la 'conciencia corporal'.
  • 'Dios no me concedió la belleza, debo asumirlo, pero me dio un lápiz para dibujarme', decía quien ha sido llamada 'la artista perfecta de la era del 'selfie'.
Autorretrato de Maria Lassnig
Autorretrato de Maria Lassnig
© Maria Lassnig Foundation
Autorretrato de Maria Lassnig

Uno de los cuadros más conocidos de Maria Lassnig (1919-2014), Doppelselbstporträt mit Kamera (Doble autorretrato con cámara) muestra a la artista austriaca reflejada dos veces en un mismo espejo: en una de las representaciones, la más realista, está de pie, muestra las facciones con nitidez y sostiene un tomavistas de cine de pequeño formato; en la segunda aparece sentada, con la cabeza apoyada en una mano y sin rasgos definidos, con la cara vacía y reducida a una mancha informe. El óleo, pintado en 1974, ha sido mencionado con frecuencia para llamar la atención sobre la pertinencia presente de la obra de quien ha sido llamada "la artista perfecta de la era del selfie".

Lo afinado de la cita crítica puede comprobarse en la primera retrospectiva de Lassnig en el Reino Unido, que coincide con el segundo aniversario de la muerte de la pintora a los 94 años. La exposición, en la sede de la Tate en Liverpool hasta el 18 de septiembre, muestra cuarenta cuadros de gran formato que revelan la intensa exploración de la la autorrepresentación  y la "conciencia corporal", como llamaba a su prácticamente único tema. El recorrido incluye obras de la década de los años cuarenta, cuando empezó a pintar en Viena, ciudad a la que regresó para vivir las últimas dos décadas, con residencias intermedias en París, Nueva York y Berlín.

Pintó centenares de autorretratos

Bajo la influencia de la pintura que se interesa por el gesto informal y espontáneo —formó parte en la década de los cincuenta del colectivo austriaco de vanguardia abstracta Hundsgruppe (El grupo del perro), al que también perteneció el impulsivo Arnulf Rainer—, Lassnig derivó su temática hacia su propio cuerpo y pintó, a lo largo de casi siete décadas de ejercicio, centenares de autorretratos.

Fue una pionera en la representación de la alienación y el bloqueo emocional de los seres humanos contemporáneos y de sus relaciones con la tecnología: pintó personas con pantallas en vez de ojos y agresivos ejercicios de reflexión sobre la falta de empatía y la pérdida de las emociones, sobre todo en los años finales, cuando firmó cuadros tan crudos como Du oder Ich (Tú o yo, 2005), un autorretrato de la artista desnuda con una pistola en cada mano, la primera colocada en su sien y la segunda apuntando al espectador.

Con los sesos colgando

Exprimió con neurótica obsesión la idea de la la "conciencia corporal" y raramente pintó sujetos distintos a ella misma. Repasar su obra tiene algo de biopsia, porque asistimos al envejecimiento, el paso del tiempo y la decadencia: en Transparent Self-Portrait (Autorretrato transparente, 1987) se presenta como una alienígena descarnada; en Dame mit Hirn (Dama con cerebro, 1990) la masa de los sesos cerebrales cuelga del exterior de su cabeza...

En Madonna of the Pastries (La madonna de los pasteles, 2001), también desnuda, mira impávida al frente exhibiendo tartas y otros postres, y en Der Weltzertrümmerer (El destructor del mundo, 2003) retrata a un hombre alucinado que aplasta una bola terráquea con frialdad. En ambos es clara la influencia que Lassnig ejerció sobre artistas posteriores como Paul McCarthy y Martin Kippenberger.

'Autorretrato con un solo ojo'

Aunque se concentró en los autorretratos y la exploración de sus propios fantasmas —es de especial crudeza la proyección deforme de Selbstportrait als Einäugige (Autorretrato con un solo ojo, 1997)—, Lassnig se tomó la vida con irónico sentido del humor.

Pocos años antes de morir declaró: "Dios no me concedió la belleza, debo asumirlo, pero me dio un lápiz para dibujarme". También pintó obras sobre la Guerra del Golfo de 1991 y alegorías bíblicas donde la conciencia social sale a primer planoAbraham opfert seinen Sohn (Abraham sacrifica a su hijo, 2007)—

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