Los hábitos diarios, por raros que sean, a veces pueden salvar vidas. Es lo que le pasó a un estadounidense de 48 años, cuya costumbre de pedir todos los días una pizza le salvó la vida, recoge Statesman Journal.
Los hechos ocurrieron en Salem, Oregon. Durante los últimos siete años, Kirk Alexander pedía todas las noches una pizza a un restaurante de la cadena Dominós, situado no lejos de su casa.
Los empleados del restaurante se dieron cuenta de que llevaban varios días sin recibir pedidos de Alexander. Lo comprobaron y vieron que llevaba once días sin llamar. Extrañados y preocupados, porque sabían que era de salud delicada, llamaron a su teléfono, pero saltaba el contestador. Así, mandaron a un repartidor a su domicilio.
Éste comprobó que había luz dentro de la casa y se escuchaba el televisor, pero nadie abría la puerta. Consciente de que algo no iba bien, regresó al restaurante, desde donde avisaron a la Policía. Los agentes acudieron a la casa de Kirk Alexander y lo encontraron inconsciente en el suelo, pero aún con vida. El hombre está hospitalizado, pero fuera de peligro.
Los responsables de Domino's Pizza han felicitado a los trabajadores de su restaurante en Salem.
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