Circuito de Spa, 26 de agosto de 2000. Un asturiano de 19 años recién cumplidos descorcha una botella de cava en lo alto del podio tras ganar el GP de Bélgica de Fórmula 3.000.

Pocos aficionados al motor saben quién es ese chaval llamado Fernando Alonso, pero su currículum acaba de ingresar en la base de datos de varias escuderías de Fórmula 1, entre ellas Ferrari y Renault.

Las ofertas no tardan en llegar a su casa de Oviedo. Flavio Briatore, director de Renault, convence a Fernando para que rechace la oferta de Ferrari y firme contrato con su equipo. Alonso acepta, a pesar de que se tiene que ir cedido al equipo Minardi.

El ojo de Briatore, que ya acertó con Michael Schumacher en 1992, no falla y ata para Renault a otro futuro campeón del mundo. A partir de ahí la historia es conocida por todos. Primera victoria en 2003, título en 2005 y bicampeón del mundo en 2006.

Alonso, ahora con el mono de de McLaren y como piloto en activo más laureado, regresa este fin de semana a Spa (ver circuito) con un objetivo claro: reducir los tres puntos que le separan del líder, Lewis Hamilton. Los recuerdos de 2000 podrían inspirar al español.

Hamilton también ganó

Sin embargo, la memoria de Hamilton también conserva buenos momentos en las curvas de Spa, donde ganó otra carrera de F-3, un lustro después de Alonso (2005).

Este fin de semana veremos un cara a cara entre ambos en el trazado belga.

McLaren defiende su inocencia

Norbert Haug, directo de competición de Mercedes, defendió la inocencia de la escudería McLaren, que podría ser sancionada en los próximos días por espionaje. "Ni por un segundo he pensado que McLaren puede ser excluida del Mundial. No hemos copiado nada, hemos construido el coche con nuestras propias ideas y creo que se ha demostrado.