La chispa de estas galletas no es el chocolate, aunque lo parezca. Aquí el ingrediente estrella son las avispas.

Cada una tiene cinco o seis de estos insectos dentro. No se necesita ningún condimento más, las avispas, dicen sus creadores, proporcionan el jugoso sabor del dulce.

Lo que eran tradicionales galletas de arroz se han convertido en una delicatessen gracias a este peculiar condimento.

Fabrican más de dos mil al día (y eso que sólo llevan una semana en el mercado) todo un éxito de ventas que empezó como el capricho de un grupo de apasionados apicultores japoneses.

Estos avispados pasteleros tienen su propio ritual, hierven los insectos en el agua, los secan y los colocan sobre las galletas para hornearlas.