Al menos 11 personas han muerto y 81 han resultado heridas en dos explosiones registradas este martes en el aeropuerto internacional de Zaventem de Bruselas en lo que las autoridades belgas han calificado de "atentado suicida".

Estado Islámico ha reivindicado la autoría del ataque en un comunicado, aunque la Fiscalía federal belga asegura no poder verificar aún este extremo; en relación con los autores materiales, una imagen de una cámara de seguridad, difundida primero por varios medios locales y luego por la Policía, muestra el aspecto de los tres individuos considerados sospechosos.

Según la televisión pública del país, RTBF, dos de ellos habrían muerto —la Fiscalía ha dicho que "probablemente" sea así— y el tercero, según un llamamiento público en medios y en redes sociales, está siendo buscado por las fuerzas de seguridad "activamente". Aún es pronto, según ha explicado el fiscal Frederic Van Leeuw en rueda de prensa, para establecer una conexión entre estos ataques y el 13-N de París.

Todos los vuelos programados desde Bruselas han sido cancelados a primera hora y el aeropuerto ha quedado cerrado tras ser evacuado en su totalidad. Su consejero delegado, Arnaud Feist, ha confirmado que el miércoles continuará fuera de servicio. Los hoteles de la capital han puesto sus habitaciones libres a disposición de los afectados.

La evacuación de Zaventem se produjo lentamente en un primer momento debido a que se estaban inspeccionando todas las maletas acumuladas en el edificio, así como el contenido grabado por las cámaras de seguridad, explicó por la mañana en otra rueda de prensa el fiscal.

De hecho, hacia las 14 horas, se realizó la explosión controlada de un tercer artefacto o cinturón explosivo.

Junto al fiscal ha comparecido el primer ministro Charles Michel, que ha evitado en las dos ruedas de prensa ofrecer una cifra de muertos y se ha limitado a pronunciar la palabra "muchos".  Lo que sí declaró es que "temían" un ataque en el país que finalmente "ha sucedido". Todas las fuentes, en todo caso, advierten de que las cifras podrían aumentar en las próximas horas.

No hay constancia de víctimas españolas, según el ministro español de Exteriores, José Manuel García Margallo.

Las explosiones ocurrieron sobre las 8.15 horas (7.15 GMT) y se produjeron cerca de los mostradores de registro de equipajes en la terminal de salida, a la que acudieron inmediatamente numerosos equipos de emergencia para atender a las víctimas.

También se cerró el tráfico ferroviario que conecta las instalaciones aeroportuarias con Bruselas, aunque por la tarde abrieron algunas estaciones y se reanudó el servicio de los trenes Eurostar. Varios aeropuertos europeos como los de París, Fráncfort y Milán han cancelado sus conexiones con la capital belga y han reforzado la seguridad en sus instalaciones.

Poco después de las deflagraciones en el aeropuerto, se produjo al menos otra explosión en la red de metro de la ciudad, en la estación de Maelbeek, y según fuentes oficiales al menos 20 personas habrían fallecido.

El fiscal confirmó otro ataque terrorista, pero no habló de ataque suicida, por lo que algunas fuentes apuntan a que las fuerzas de seguridad buscan a una segunda persona. A lo largo del día se han producido varias operaciones policiales en todo el país con el objetivo de encontrar a los dos sospechosos, pero el fiscal ha instado a los medios de comunicación a que no revelen detalles sobre las mismas.

Toda la red de suburbano así como las del resto de transportes públicos quedaron clausuradas también en las primeras horas del día, aunque después algunas retomaron su actividad.

Bélgica ha elevado al nivel máximo -cuatro- la alerta por riesgo de atentado terrorista, según el portavoz del Ministerio del Interior, Jan Jambon. Las autoridades han convocado un gabinete de crisis y ofrecen información puntual. Los museos están cerrados y la ciudad se ha paralizado.

La sección antiterrorista de la Fiscalía ha nombrado a tres jueces de instrucción especializados en terrorismo para seguir el caso.

Esto sucede justo cuatro días después de que se produjera, precisamente en Bruselas, la detención de Salah Abdeslam, el yihadista al que se atribuye la autoría logística de los atentados del pasado 13 de noviembre en París.