¿Qué le pasó a Puerta?

  • Los médicos del Sevilla aún no han dado ninguna explicación.
  • Padecía una displasia arritmogénica del ventrículo derecho.
  • En un año había sufrido dos desvanecimientos.
Puerta, del Sevilla, es atendido por Palop (izq) tras sufrir una pérdida de conocimiento en el partido contra el Getafe.
Puerta, del Sevilla, es atendido por Palop (izq) tras sufrir una pérdida de conocimiento en el partido contra el Getafe.
EFE
Puerta, del Sevilla, es atendido por Palop (izq) tras sufrir una pérdida de conocimiento en el partido contra el Getafe.

Las causas que han motivado la muerte del sevillano Antonio Puerta y el por qué un deportista de elite como él no sabía de su dolencia, sigue siendo un misterio.

Se espera que, en un breve espacio de tiempo, los servicios médicos del Sevilla den alguna explicación de por qué Puerta, que ya había sufrido dos desmayos sin justificación, no supiera que tenía una enfermedad en el corazón.

Puerta padecía una displasia arritmogénica del ventrículo derecho, la causa más frecuente de muerte súbita en las personas menores de 30 años.

Según declara el responsable de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca y Prevención Secundaria del hospital madrileño Gregorio Marañón, Manuel Abeytua, hay que dividir a los afectados por muerte súbita cardiaca en dos grupos de edad: las personas mayores de 40 años y las menores de 30.

En el primer grupo, el infarto de miocardio es la causa más común, pero entre los jóvenes existen tres tipos de enfermedades del corazón que causan la muerte súbita: las congénitas, la miocardiopatía hipertrófica y displasia arritmogénica del ventrículo derecho.

El estrés y el ejercicio físico intenso

El ex jefe de Cardiología del Hospital Central de la Defensa, Enrique Selva, ha explicado que la muerte súbita puede aparecer en cualquier momento, pero las situaciones de estrés, de secreción de adrenalina o de ejercicio físico intenso, pueden ser una causa desencadenante de la arritmia letal.

Selva añade que la definición clásica de muerte súbita es aquella que ocurre en el plazo de una hora y en la que la persona que la sufre está estable y nada hace presagiar que se vaya a desencadenar.

Selva indica que la displasia arritmogénica del ventrículo derecho es una miocardiopatía, una lesión de los músculos del corazón en la que se altera la estructura del órgano.

Esta enfermedad, que tiene origen genético (aunque el gen es recesivo), produce la sustitución de las fibras musculares por grasa y tejido fibrótico y adiposo, lo que deriva en una alteración eléctrica del corazón.

Según Selva, la patología altera la conducción y estimulación del corazón así como una serie de constantes vitales que favorecen el desarrollo de arritmias ventriculares "potencialmente mortales".

La enfermedad puede no estar en una fase muy avanzada cuando se produce la muerte súbita.

Difícil diagnóstico

Los expertos coinciden en que es "difícil" diagnosticar esta enfermedad en sus primeras fases, pero el paciente puede llevar una vida normal con el tratamiento adecuado, que es medicación si no se sufren arritmias "severas".

Con arritmias frecuentes Selva recomienda la ablación, que consiste en quemar con un catéter las zonas que las causan y por último implantar un desfibrilador, "una especie de marcapasos" que identifica la arritmia letal y revierte el ritmo normal del corazón a través de choques eléctricos.

Dos desmayos, primeros avisos

Antes del ataque del sábado, Antonio Puerta ya había tenido dos sustos. El primero hace un año cuando, durante el encuentro del centenario del Sevilla, se desplomó y se abrió una ceja bajando al vestuario.

El otro sucedió esta temporada, durante un entrenamiento.

Parece que desde el club se atribuyeron estos desvanecimientos al esfuerzo y el calor, así como a factores exógenos.

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