Bilbao suspende la concesión de licencias de hostelería en El Ensanche para proteger su carácter comercial y residencial

Las modificaciones del Casco Viejo se abordan este lunes en el Consejo Asesor de Planeamiento Municipal

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Bilbao aprobará el próximo miércoles la suspensión de la concesión de nuevas licencias de hostelería en la zona de El Ensache bilbaíno, que comprende las áreas de Indautxu, Abando, parte de Basurto y Castaños, para abrir un periodo de reflexión para modificar la regulación con el fin de "reequilibrar" los diferentes usos y, de este modo, proteger su carácter comercial y residencial.

Según ha explicado el concejal de Planificación Urbana, Asier Abaunza, se va a "replicar" el modelo seguido para el Casco Viejo. De esta forma, se ha establecido un periodo máximo de un año para la aprobación definitiva de la nueva regulación en este ámbito modificación, si bien el Ayuntamiento confía en no consumir este plazo, ya que "tenemos parte del camino andado con la experiencia del Casco Viejo".

De este modo, el Gobierno local pretende dar un nuevo paso en el proceso de ordenación urbanística para impulsar el desarrollo urbano sostenible de la villa, con "un mayor equilibrio" en la implantación de nuevas actividades comerciales y hosteleras, así como una "mejor convivencia" con el carácter residencial de algunos barrios.

El proceso, que se iniciará ahora en la zona centro, sigue "la estela" de la modificación del Plan de Rehabilitación de Casco Viejo. Está previsto que la Junta de Gobierno apruebe el próximo miércoles la suspensión de la concesión de licencias de hostelería por un máximo de un año.

De esta manera, el Ayuntamiento dará comienzo a la tramitación de la modificación del planeamiento urbanístico en el ámbito de la Ordenanza 7 del Ensanche del Plan General de Ordenación Urbana, tras analizar la evolución experimentada en el entorno en los últimos años.

En función del análisis realizado por Bilbao Ekintza, en el periodo comprendido entre 2008 y 2015, se ha producido un descenso en el conjunto de establecimientos de hostelería del 0,2% en Indautxu y del 6,7% en Abando, en este último caso el más acusado de la capital vizcaína. Sin embargo, según ha remarcado Abaunza, en algunas de las calles sí se ha producido una importante concentración de los locales de hostelería, con incrementos que oscilan entre el 7 y casi el 38%.

En concreto, superan el 10% la zona de Ledesma-Albia-Diputación, el entorno de Campuzano y Pozas, la confluencia de Heros y Ajuriaguerra, la zona de Alameda Mazarredo, el entorno de Villarías, y el espacio delimitado por Autonomía y Gordoniz.

Teniendo en cuenta estos datos, el Ayuntamiento abrirá un periodo de reflexión y, a partir de la próxima semana, los responsables municipales pondrán en marcha las reuniones con los distintos agentes para recoger sus aportaciones para "consensuar la regulación para este entorno", según ha explicado el responsable de Planificación Urbana. Su objetivo es asegurar la implantación de actividades económicas y el equilibrio en la mezcla de usos, preservando el valor arquitectónico y el carácter residencial.

Casco viejo

Por otro lado, en lo que respeta a la actualización normativa para impulsar la actividad comercial del Casco Viejo, el edil ha anunciado que esta misma tarde el Consejo Asesor de Planeamiento Municipal de Bilbao debatirá sobre la modifición del Plan Especial de Rehabilitación de esta zona y sobre las normas urbanísticas del Plan General de Ordenación Urbana para impulsar el desarrollo urbano sostenible del barrio y fomentar la convivencia.

La capital vizcaína inició el pasado mes de septiembre el proceso de reflexión sobre esta zona, que también ha estado acompañado por la suspensión de concesión de nuevas licencias de hostelería por un año.

Desde esa fecha, el Área de Planificación Urbana y Surbisa han realizado un estudio pormenorizado de la implantación de actividades en el Casco Viejo, delimitando zonas de intervención en función de sus características, a raíz del cual se planteó la modificación de la normativa.

En su reunión de este lunes, el Consejo deberá emitir un informe respecto a esta modificación, en la que se han incluido algunas aportaciones recogidas en el proceso de participación y reflexión con vecinos, comerciantes, hosteleros y partidos políticos.

Según ha detallado el edil, se han delimitado cuatro corredores comerciales, los de Askao-Artekale, Correo-Tendería, Bidebarrieta-Carnicería Vieja, y la zona porticada de la calle Ribera, esta última incluida por consenso tras una ronda de contactos con las partes implicadas. Estos corredores contarán con una especial protección y mayores exigencias de distancias para la implantación de actividades nuevas o la colocación de terrazas.

La nueva normativa urbanística establecerá la exigencia de respetar las distancias para la implantación de establecimientos de hostelería excepto los del Grupo I (degustaciones, zumerías o heladerías) y los del Grupo II-R (restaurantes sin barra y txokos), entidades de créditos y agencias de seguros, actividades de nuevo y recreativas y alimentación en régimen de autoservicio. La exigencia de distancia variará en base a la densidad del número de negocios de este tipo, "pudiendo ser de 25 o de 40 metros en caso de la hostelería", ha indicado el Ayuntamiento.

Además, se han identificado las calles que, por albergar una alta densidad, han agotado su capacidad de acogida y, por tanto, no podrán admitir la apertura de nuevos locales de hostelería, salvo los que no tienen permitida la venta de alcohol, los restaurantes sin barra y los txokos.

Este será el caso de las calles Ribera, Nueva, Jardines, Santamaría, Merced, Pelota, Pero, La Torre, Barrenkale y Barrankale Barrena, donde más del 40% de locales albergan hostelería; las calles Ronda, Somera, maría Muñoz, Iturribide y Prim, con un nivel de concentración cercano al 40%; y las calles Esperanza y Sendeja, con una concentración superior al 33%.

También se establecen cuatro espacios singulares que permitirían una mayor densidad de locales de hostelería, los de Plaza Nueva, Plaza Unamuno, Muelle Marzana y La Naja. No obstante, dado que la Plaza Nueva concentra un número de establecimientos de hostelería superior a la mayor densidad autorizada (más del 66% y un 45%, respectivamente), se considera que "su capacidad de acoger nuevos establecimientos está agotada" y tampoco se admite la apertura de nuevo locales.

Por otro lado, se prohibirá la apertura de establecimientos de hostelería en locales con fachada a calles de menos de cinco metros de altura y se abordarán los criterios de regulación para las terrazas en el ámbito del PER del Casco Viejo.

La nueva regulación permitirá el traslado de actividades de hostelería de las calles que han agotado su capacidad de acoger nuevos establecimientos, renunciando a la licencia, a otras zonas del Casco "aun cuando incumplan las exigencias de distancia vigentes en estas últimas", con el objetivo de "favorecer un mayor equilibrio de usos".

En función de las aportaciones recogidas, se admitirá, además, un único traslado por cada tramos de calle o frente de manzana y en el entorno de la Plaza Nueva se establece una excepción, de modo que no se permite "mover locales" desde la propia plaza a las calles adyacentes "incumpliendo las distancias ordinarias". También se incorpora la posibilidad de trasladar un local en el ámbito de una zona con densidad agotada, si se renuncia a la licencia original o a la del local que se efectúa su marcha.

Por otro lado, la modificación del PER del Casco Viejo incorporará la restricción en 700 metros cuadrados de superficie máxima acumulada como resultado de agregaciones de varios locales comerciales.

La aprobación definitiva de la modificación de la normativa que se presenta en el Consejo Asesor este lunes está previsto que se produzca en el pleno antes de verano y, "en todo caso, antes de septiembre", ha señalado el edil.

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