La Capilla del Cristo de la Quinta Angustia de Zalamea de la Serena tras los trabajos en su azulejería del siglo XVII

La Real Capilla del Santísimo Cristo de la Quinta Angustia ha reabierto este sábado, 6 de febrero, tras los trabajos de restauración y traslado de paneles efectuados en los últimos meses, con una inversión de 125.000 euros.

La Real Capilla del Santísimo Cristo de la Quinta Angustia ha reabierto este sábado, 6 de febrero, tras los trabajos de restauración y traslado de paneles efectuados en los últimos meses, con una inversión de 125.000 euros.

El director general de Bibliotecas, Museos y Patrimonio Cultural, Francisco Pérez Urban, ha asistido a la reapertura, donde ha destacado que se trata de una actuación que "demuestra el compromiso" de la Junta de Extremadura con "todo el patrimonio cultural de la región".

Hasta hace poco, la cerámica se consideraba un arte menor, pero afortunadamente este planteamiento se ha corregido", ha explicado Pérez Urban, según recoge la Junta en una nota de prensa.

El director general ha destacado la importancia del patrimonio cerámico extremeño, "especialmente importante y relevante, por la fuerte tradición cultural que la región ha tenido con los talleres sevillanos y talaveranos".

Por este motivo, se han realizado dos actuaciones "muy significativas" para conservar este legado. Por un lado, la intervención del retablo cerámico de Santo Domingo en Plasencia, que se musealizará próximamente, y los trabajos en estos "grandes paños" de Zalamea de la Serena, ha detallado.

Azulejería del siglo xvii

En el caso de la Real Capilla del Santísimo Cristo de la Quinta Angustia, las trazas de la iglesia y del contiguo hospital datan de 1607 y son obra del gran arquitecto Francisco de Mora. En su interior destacan los paneles de azulejos pintados que decoran los muros del presbiterio y de la sacristía que han sido el objeto de la intervención ahora presentada.

Antes de iniciar la restauración, se han realizado estudios para corroborar la información histórica, lo que permite fechar toda la obra de azulejería en los últimos años del siglo XVII.

Además, se ha confirmado que los dos grandes paneles de azulejos situados hasta ahora en la cabecera del presbiterio y que representan a la Virgen María y San Juan Bautista, fueron ideados para ponerse en este lugar, a modo de calvario que flanqueara la talla de Cristo. Por ello se han traslado hasta la cabecera de la capilla, lo que ha supuesto la actuación más destacada.

Dado que la mayor parte de los daños en el patrimonio cerámico de este edificio se habían producido por la humedad, entre otras tareas, los trabajos de restauración han permitido sanear las zonas afectadas por este problema y recolocar posteriormente los paneles sobre nuevos soportes de montaje.

Asimismo, se han planteado las pautas de conservación preventiva, con el objetivo de preservar este importante patrimonio cultural de Extremadura.

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