El recorrido concluyó en la casa del mayordomo del pueblo, quien es el encargado de organizar este evento, que se realiza un par de días antes de la fiesta de Santa Ana, patrona de este pueblo.
Al final del paseo, los toros fueron sacrificados en honor a Santa Ana, acto que fue presenciado por niños, mujeres y hombres, algunos de los cuales bebieron la sangre de los animales sacrificados.
La carne será utilizada para alimentar a los visitantes y peregrinos que en estos días llegarán al lugar para celebrar el día de Santa Ana, el 26 de julio.
Los animales son donados por los propios pobladores, que ven en este fervor religioso una ofrenda a la santa.
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