Arctic Monkeys, el grupo-fenómeno del siglo XXI, pasa el examen del FIB

  • La banda revelación en el Reino Unido debutó en Benicàssim con un repertorio potente, pero que evidenció lagunas y una excesiva linealidad.
  • Los brasileños Os Mutantes y los norteamericanos !!!, triunfadores de la jornada.
El FIB es música, playa, sol, fiesta y... Fútbol. Ayer el espectáculo se inicio más temprano de lo habitual: a las doce del mediodía. No era un concierto, sino el tradicional partido de fútbol entre artistas y periodistas.

Como todo lo relacionado con el FIB, esta curiosa pachanga también ha crecido. Hace seis años se disputaba de forma improvisada frente al escenario principal, sin público. Ahora se celebra en el campo municipal, cuesta cinco euros y se ameniza con una paella de la tierra.

Una imagen deportiva y saludable que se aleja de los tópicos autodestructivos del mundo del rock. El problema es que sin la cantera escocesa -cuando Mogwai y Belle & Sebastian tocan en Benicàssim son habituales sobre el terreno de juego-, la nómina de artistas se reduce drásticamente.

Ayer solo algunos miembros de Devo, Cansei De Ser Sexy y Who Made Who se vistieron de corto. Resultado final: empate a cuatro en un, dicen, bronco partido.

Los cuatro "monos árticos"

Ayer todas las miradas estaban puestas en la 1.25 de la noche, Escenario Verde. Arctic Monkeys, el gran fenómeno musical del nuevo milenio, pretendían coronar una nueva cima en Benicàssim, otro contacto con la gloria en directo.

Fue el concierto más multitudinario. Hubo consenso: todos querían ver a Arctic Monkeys. Salieron a escena con acompañamiento de música clásica, transmitiendo cierta imagen de fragilidad: cuatro chavales contra 40.000. Demostraron que no había nada que temer. A las primeras de cambio sonaron ruidosos, potentes y solventes.

Sólo tienen dos discos, así que no hay mucho donde elegir. Encumbrarlos a las primeras de cambio es peligroso. Hasta la mitad del recital, cuando descargaron con violencia "I Bet You Look Good On The Dance Floor", engancharon con sus canciones de guitarras angulares, ritmos endiablados y desarrollos impredecibles.

El final del concierto se convirtió en su particular "cuesta de enero": no había recursos para sortear la linealidad. Impactan, pero el golpe no noquea. "Still Take You Home", "Fake Tales of San Francisco" y "When The Sun Goes Down" te hacen cosquillas; incluso sus aproximaciones al ska y los recitados de Alex Turner llegan a engatusar, pero nunca a seducir. El globo se ha hinchado demasiado.

Escuchar y aprender

Este FIB se podría leer de muchas maneras, pero hay una especialmente llamativa: su espíritu didáctico. Festivales como el Primavera Sound se vanaglorian de esto mismo, pero el FIB nunca había mostrado tan a las claras esta tendencia. Lo que se agradece. Podrían ir directamente a por la fiesta y nadie diría nada.

Con los brasileños Os Mutantes la organización hizo de "abuelo cebolleta", trayéndolos por vez primera a España. La formación, que a finales de los 60 jugó a trenzar bossa y samba con el pop psicodélico de herencia beatleliana, se presentó en Benicàssim con dos tercios de su formación original.

Y en la carpa grande, a media tarde, interpretaron de forma brillante un colorido ramillete de canciones. Pusieron al respetable a bailar, apelando al colectivismo e incitando a la celebración. Beben del pop psicodélico anglosajón, pero son brasileños y la diversión viene en el lote.

Mejor cuando invocaban a Jobim que a Lennon, se pusieron irresistibles con "El justiciero" -dedicada a Bush- o el "Baby" de Caetano Veloso. Pocas veces en Benicàssim el calor atmosférico se responde con calor melódico desde el escenario.

CSS, más brasileñas en acción

También desde Brasil, pero con un talante mucho más moderno, llegó el combo mayoritariamente femenino Cansei de Ser Sexy. Grupo de moda, huelen a producto de temporada, pero divierten. Y mucho. Miles de personas saltaron como posesas al ritmo que imponía la cantante del grupo. Se hace llamar Lovefoxxx, juego de letras que dice "amor", "zorra" y "xxx". Denle el significado que crean oportuno.

Con ellas comenzó la fiesta nocturna del día grande, el sábado, la jornada que más público reúne. A continuación llegaron los norteamericanos !!! (chk, chk, chk es la pronunciación más utilizada). Por fuera, son un grupo de rock; por dentro, una máquina de fabricar ritmos.

Construyen catedrales para adorar el baile, cimentándolas con bajos cavernosos, dos baterías y lametazos de funky. Vestido con un bañador corto y una simple camiseta, su cantante es en el Siglo XXI lo que Mick Jagger fue en el XX. Este larguirucho vocalista de aspecto teutón parece una go-go de discoteca: puro carisma en escena, sus espasmódicos bailes son contagiosos como la risa floja. Arrasaron.

La ‘new wave' 30 años después

The B-52's recogieron en Benicàssim los frutos del revival ochentero que asola el inicio del siglo XXI. Primero llegó el revival, detrás los grupos de entonces. Tras el lapsus inicial del cantante -"Hola Cataluña", soltó-, ejecutaron un show correcto, con un sonido perfecto -¡qué voces!- e irresistiblemente bailable.

Pop marciano con estribillos a modo de gritos de guerra, sonidos galácticos, galopadas sobre guitarras punzantes... Y además de sacar del armario sus grandes éxitos -"Love Shack", "Rock Lobster", "Private Idaho", "Give Me Back My Man"-, presentaron varias canciones nuevas.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento