'El Jueves' se agota en los quioscos antes de que lo secuestren

  • La revista se ha ido agotando en todos los quioscos.
  • Solo una quiosquera se ha mostrado algo reacia a vender los dos ejemplares que le quedaban.
  • La policía no se ha personado en ninguno de los quioscos consultados de Madrid .
  • Los quiosqueros muestran su sorpresa por la decisión del juez Del Olmo.
Dos policías nacionales estacionados al lado de un quiosco de la calle Preciados, Madrid (JORGE PARIS)
Dos policías nacionales estacionados al lado de un quiosco de la calle Preciados, Madrid (JORGE PARIS)
JORGE PARIS
Dos policías nacionales estacionados al lado de un quiosco de la calle Preciados, Madrid (JORGE PARIS)

"Solo me queda uno" dice una kiosquera de la calle General Martínez, a punto de echar el cierre; se queda extrañada y encoje los hombros cuando se le dice que la publicación ha sido secuestrada: "A mí nadie me ha dicho nada".

En la misma calle, otro quiosquero ya se "ha enterado" por le televisión que la revista 'El Jueves' ha sido secuetrada. "Sólo me quedan dos. Pero antes que de que vengan la Policía a llevarselas las vendo".

Sólo me quedan dos. Pero antes de que vengan la Policía a llevárselas las vendo
Este mismo quiosquero explica el proceso al que se ha tenido que enfrentarse "
hace mucho tiempo, pero ya en democracia" del secuestro de una publicación. Dos policías de paisano vienen con unas "fotocopias de papeles oficiales" (el auto judicial que manda el secuestro) y se llevan los ejemplares que quedan sin vender.

"Esto en democracia no puede pasar. Si 'El Jueves' lo ha hecho siempre", asegura el quiosquero.

En la calle Fuencarral, una quiosquera se resiste a vendarla: "Me quedan dos, pero no te las vendo porque tengo miedo a que me digan algo. Si viene la policía algo les tendré que dar". Cuesta convencerla, pero al final cede y vende los dos últimos ejemplares, pero con una petición: "por favor, escóndelas, que no te las vean por allí".

En quiosco de Fuencarral, un yorkshire sobre el mostrador, vigila a los clientes. La vendedora conversa con una vecina del bario. Ya no le queda ni un solo ejemplar. "Han venido los que siempre lo compran nada más enterarse de que se lo iba a quedar la policía".

Sin rastro de la policía

"Lo que tienen que hacer los jueces es ir a detener al terrorista ese que se ha escapado en Castellón, no censurar revistas", dice un quiosquero de la Gran Vía, que lleva muchos en el ramo y no recuerda un secuestro de una publicación desde hace muchos años. Este quiosquero asegura que se "han vendido como churros" y las que normalmente se devolvían a la distribuidora, esta semana han sido vendidas "como nunca".

Lo que tienen que hacer es ir a detener al terrorista ese que se ha escapado en Castellón, no censurar revistas
El auto del juez Del Olmo no ha cumplido su ejemplo, sino todo lo contrario. La revista
se ha ido agotando conforme la noticia se conocía, y la policía no se han personado en los quioscos consultados.

Los que si han llegado han sido las cámaras, las grabadoras, y los periodistas para buscar testimonio de los quioqueros.

"Yo he vendido todos, como nunca, y el último ejemplar que tenía se lo ha llevado el de Telecinco", dice una vendedora de un quiosco cercana a la plaza Callao.

Y todos repiten lo mismo: "Lo único que ha conseguido el juez Del Olmo es que se venda más que nunca", nos dice un vendedor que esta semana no tendrá que devolver ninguno a la distribuidora porque los ha vendido todos.

Lo mismo ha pasado en el resto de España; en Murcia, el Corte Inglés vendió todos los treinta ejemplares que tenía en apenas media hora, algo parecido a lo que ha sucedido en Sevilla, donde unas pocas personas se han llevado todos los ejemplares.

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