La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a un joven, vecino de Jaén y de 22 años, a penas que suman cinco años y tres meses de prisión por robar en tres viviendas y forzar dos vehículos en quince días en los municipios de Vera y Mojácar, y, además, dar patadas a dos agentes de la Policía Local, con quienes forcejeó y a lo que hizo caer al suelo tras protagonizar una huida de los calabozos del cuartel.

El tribunal aplica A.C.R. la agravante de multirreincidencia en el delito continuado de robo de casa habitada ya que, en el momento de los hechos, en agosto de 2014, había sido condenado en firme en cinco ocasiones por juzgados de Instrucción y de lo Penal de Jaén por distintos robos con fuerza.

Junto a él fue enjuiciado otro joven de 20 años y nacionalidad marroquí, A.D., al que la Sección Tercera impone la pena de tres años, seis meses y un día de prisión al no tener antecedentes penales y al estar únicamente acusado de los robos.

Según recoge la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, los dos jóvenes asaltaron en la noche del 6 de agosto de 2014, "tras saltar desde la terraza del piso colindante", un inmueble en Vera, donde se apoderaron de 300 euros y causaron desperfectos por valor de 532,42 euros ya que se dedicaron a pintar las paredes.

Al día siguiente, también por la noche, forzaron un turismo estacionado fracturando la ventanilla trasera y se apoderándose de una caja de zapatos y de un bolso que contenía "documentación personal propia y de familiares" de la propietaria, así como 70 euros en efectivo. En este caso, lo sustraído se valoró en 194,22 euros y los daños al coche en 111,48 euros.

El tercer robo lo perpetraron el día 8, en este caso por la mañana, en un inmueble alquilado. Entraron a través del piso contiguo, rompiendo la persiana de la puerta de la terraza y abriéndola. Después se apoderaron de las llaves de un vehículo propiedad del padre del inquilino, el mando a distancia del garaje y de prendas de vestir.

Ya el día 21, ambos fracturaron la ventanilla de un turismo estacionado junto a un conocido hotel de Mojácar y se apoderaron de un bolso que contenía documentación personal y 80 euros. Los bienes sustraídos se tasaron en unos 67 euros mientras que los desperfectos al vehículo, en 85 euros.

Por último, el día 27 de agosto de 2014, la Policía Local les sorprendió en el interior de una vivienda del mismo municipio levantino, a la que habían accedido mediante 'escalo' hasta alcanzar el balcón. Una vez allí, forzaron la puerta de la cocina, "ni llegando a apoderarse de ningún efecto" por la llegada de los agentes. A la zona llegaron con el coche del que habían robado las llaves en una de las casas forzadas.

Fuga y atentado

Una vez en los calabozos, ambos jóvenes protagonizaron una fuga aunque A.D. fue detenido "inmediatamente". El otro acusado llegó más lejos y estuvo cuatro días en paradero desconocido, hasta que fue detenido por la Policía Local de Garrucha.

A.C.R. agredió a los dos agentes que le localizaron cuando estaban "debidamente uniformados", oponiendo "gran resistencia para impedir ser detenido y llegando a agarrar por el cuello a uno de los policías". El agente cayó al suelo y recibió, a continuación, una patada. Como consecuencia, sufrió contusiones y erosiones por las que precisó una primera asistencia facultativa, invirtiendo cinco días en su recuperación. Su compañero, a su vez, recibió otra patada, en la muñeca, por la que sufrió una contusión de la que tardó en curar también cinco días.

Por el delito de atentado, la Audiencia Provincial condena a un año de cárcel, que se suma a los cuatro años y tres meses por el delito de robo continuado en casa habitada y por las dos faltas de lesiones le impone el pago de sendas multas de un mes a razón de una cuota diaria de seis euros.

El tribunal estima en su fallo la atenuante de reparación del daño que interesaron ambas defensas ya que consta que han satisfecho 1.600 euros del total de la responsabilidad civil, que se eleva a 1.661,08 euros, pero rechaza que concurra en ambos la atenuante de drogadicción.

En este sentido, apunta que "ninguna prueba" ha podido ser aportada que permita concluir "o tan siquiera intuir" que, al cometer los hechos, "prolongados durante más de 20 días", los acusados estuvieran bajos los efectos de las drogas o del síndrome de abstinencia, y alude a los testigos y a los agentes de la Policía Local que los detuvieron, que "no apreciaron en ellos síntomas de estar bajo los efectos de las drogas o de abstinencia de las mismas".

Sí matiza que puede afirmarse que A.C.R. y A.D. son "consumidores habituales" pero no consta que por ello "padecieran limitación de sus capacidades ni que estas estuviesen "ligeramente mermadas".