El Ayuntamiento de la capital malagueña firmará en los próximos días con ONG que trabajan con refugiados un convenio marco específico para favorecer la llegada de estas personas a la ciudad. A través de este acuerdo, el Consistorio hace una aportación económica de 100.000 euros; Cáritas ofrece alojamientos de la Diócesis de Málaga, y CEAR, Accem y Cruz Roja, su gestión.

En concreto, Cáritas estima que pondrá a disposición de las organizaciones unas 50 nuevas plazas para la llegada de estas personas solicitantes de asilo. Actualmente, existen en torno a 70.

Respecto a los 30.000 euros con los que el Ayuntamiento abrió una cuenta bancaria el pasado septiembre para canalizar las donaciones voluntarias con destino al colectivo de refugiados, a los que se han sumado hasta ahora otros 2.500 euros, se dejarán para ser gastados en 2016.

Así lo ha explicado en rueda de prensa este martes el concejal de Derechos Sociales, Julio Andrade, que ha comparecido junto a representantes de estas cuatro entidades y que ha incidido en que "es importante que la solidaridad no pare". Además, ha subrayado que "no luchamos por ser campeones de números, sino de eficacia", para lo que es necesario "el trabajo coordinado".

El plan de acogida de refugiados requiere "el esfuerzo de muchos, de otras organizaciones, de asociaciones de vecinos, de mayores... e, incluso, de particulares", ha manifestado el concejal de Derechos Sociales.

En cuanto a los 100.000 euros, procedentes de la última modificación presupuestaria, Andrade ha indicado que "el Ayuntamiento no tiene recursos propios de alojamientos, pero lleva a cabo esta aportación económica para reformar o alquilar viviendas".

Francisco Cansino, coordinador de CEAR en Málaga, ha informado de que, actualmente, se trabaja en concretar los sitios en los que estas personas serán acogidas. "En función de las plazas que ofrezcamos al Gobierno, éste determinará el número de refugiados que llegarán a Málaga", ha precisado.

El coordinador provincial de Cruz Roja, Samuel Linares, ha destacado lo positivo de "sumar esfuerzos" y de tratar que la integración de personas que solicitan asilo sea "de la forma más normalizada".

Al respecto, ha comentado que en este proceso existen tres fases: una primera, que tiene lugar en los centros de acogida; una segunda, ya en pisos de alquiler para una mayor autonomía de estas personas, y una última, en la que las ayudas por parte de la entidad se minimizan, de forma que puedan ser totalmente independientes. En todas ellas hay, no obstante, una atención social y psicológica, así como orientación laboral y jurídica.