Condena a la Iglesia por no vigilar a un cura pederasta

El Supremo impone dos años de cárcel para un párroco que abusó de un niño en la vicaría. También condena al Arzobispado de Madrid por no evitarlo.
El Tribunal Supremo (TS) ha condenado al Arzobispado de Madrid, dirigido por el cardenal Rouco Varela, como responsable civil subsidiario (se hará cargo de la pena económica) en el caso de un cura pederasta del barrio madrileño de Aluche. Rafael S. N. ha sido penado con dos años de cárcel y obligado a indemnizar con 30.000 euros a la víctima por los abusos sexuales cometidos.Así se confirma en el auto del TS, al que ha tenido acceso 20 minutos, en el que se rechaza el recurso presentado por Rouco Varela contra la resolución dictada por la Sección Quinta de la Audiencia de Madrid el pasado mes de octubre.

El TS es muy contundente en sus razonamientos jurídicos contra la Iglesia y afirma en la sentencia que «el Arzobispado debía haber vigilado el comportamiento del cura, de 74 años, Rafael S. N., el cual cometió los abusos sexuales contra un menor, entre los años 1999 y 2001, en la sede de la vicaría».

En su casa y en la vicaría

El tribunal considera probado que el hombre abusó del menor, que entonces tenía 13 años de edad,  utilizando «la excusa de que ello era bueno y sano para el desarrollo corporal».

Rafael ejercía su ministerio sacerdotal en su condición de  secretario de la vicaría en la parroquia de Santo Domingo Guzmán. Así, conoció a la familia del niño, a cuya vivienda acudía  a menudo para el cuidado y apoyo escolar de los menores.

El auto relata que el sacerdote obligó al niño a mantener  contactos sexuales, entre los que se incluían tocamientos, en  la casa de la familia y en la vicaría. Según el fallo, el  condenado obtuvo «un favor sexual» de la víctima con su consentimiento, si bien éste aparece «viciado por la situación de superioridad manifiesta» del acusado.

Los abusos, «secreto pontificio»

En mayo de 2001, el cardenal J. Ratzinger, cuando aún no era Papa, sino prefecto por la Congregación para la Doctrina de la Fe, envió una carta a todos los obispos católicos declarando que las investigaciones internas de la Iglesia sobre los casos de abuso sexual infantil estaban sujetas a secreto pontificio y que no debían ser reportadas a las fuerzas públicas hasta que las investigaciones fueran completadas, bajo pena de excomunión. Ratzinger confirmó que «el secreto es válido sólo para la investigación interna, y la carta no pretende que las víctimas no informen a la Policía». Como consecuencia, los legisladores cambiaron la ley obligando al Obispado a informar a la Policía.

Otros casos

J. O’Connell: Obispo de Florida. Dimitió después de asumir que su diócesis pagó a las víctimas para ocultar sus abusos sexuales.

Gregorio S.: Párroco en Igualada (Barcelona). ¡A sus 61 años abusó sexualmente de una joven deficiente mental en 2000.

B. Law: Arzobispo de Boston, encubrió conscientemente cientos de abusos de sacerdotes en 2002.

B. Comiskey: Obispo irlandés, dimitió en abril de 2002 tras encubrir los abusos de un sacerdote.

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