Este año más que nunca ese deseado efecto de ir maquillado y que no lo parezca es la tendencia total, la madre de todas las reinas. Pero, y parafraseando el dicho popular "como no es oro todo lo que reluce", hay mucho trabajo (la carita de bebé se queda en eso, en el bebé) tras esos rostros que hemos visto hasta en el reino de la exageración: las pasarelas.

Una base de maquillaje del mismo color que nuestra piel, recomienda la maquilladora Belén Diéguez, es lo primero y fundamental. "Para estar seguras de que es el color perfecto no debe notarse diferencia alguna entre el color del rostro que resulta tras aplicar la base de maquillaje y el cuello y el escote".

Este año además no se lleva nada. Ni por dentro ni por fueraAntes de la base se da siempre el corrector de ojeras y manchas o rojeces, o como señala la estilista Ana Iriberri, "pueden trabajarse con la misma base las zonas que necesiten ser corregidas, de este modo resultará aún más natural que si se emplea un corrector. Esta temporada ha de parecer que no llevamos ninguna corrección".

Una vez dejada la cara como la de un bebé, sólo que con cierto trabajo "y los productos adecuados, del color de nuestra piel y no caer en el error de corregir después de haber aplicado la base, un fallo muy común", matiza Diéguez, "pasamos a los ojos, que este año se llevan ahumados pero mucho más suaves que años anteriores".

Los grises son los reyes de la paleta para los ojos, que según la maquilladora, debe ir aplicándose por el párpado móvil: "nunca más arriba", para después difuminarlo y terminar con una fina línea negra prefriblemente trazada con eyeliner. "Es que hace mucho más joven el eyeliner que el lápiz", explica Iriberri, "el lápiz a las ocho de la noche ya está como a trozos, mientras que el eyeliner aguanta mucho mejor".

El cómo es la madre de todas las preguntas: "Se puede hacer la raya de una vez, pero no es como mejor queda, lo más sencillo es hacerla a tramitos de modo que no hagamos las arrugas que sí se hacen cuando se tensa el párpado y se pinta de una vez. Para corregir después hay que usar pincel y es mucho más complejo".

Así pues: para quienes tengan prisa y no cuenten con una preparación de experta (es decir, el 90% de las mujeres) la solución es el eyeliner. "Hay algunos que son como 'rotuladores' y resultan muy fáciles de aplicar", dice Iriberri. Y como lo mejor es probar, pues probamos, y sin mano de experta y con mucho escepticismo, y el resultado: sí, es mucho más sencillo que el lápiz de toda la vida.

Bien, y ahora el 'momento pestañazas', que ha de ir en consonancia con el look cara lavada: "Cuanta más cantidad apliques, más veces pases el rímel, más efecto pestañas postizas lograrás, pero como estamos tratando de que no se note que vamos pintadas, no daremos máscara en las pestañas inferiores, que nos hacen parecer muñecas o peor aún, si no se tienen muy pobladas, como si tuviéramos arañitas. Además manchan mucho la cara. Yo siempre recomiendo no usar máscara en las pestañas inferiores, igual que la raya de abajo tampoco me gusta. Y este año además no se lleva nada. Ni por dentro ni por fuera", dice Diéguez.

Para gustos, y en este caso, está claro, los colores, otra cosa es ya la moda, y ésta señala a los grises como los número 1. "Aunque los grises y matizando con gris más oscuro y negro para un maquillaje de noche son la mejor opción para cualquier ojo y cualquier color de ropa que se lleve, también se llevan bastante los tonos tostados y anaranjados. En realidad se pueden hacer ahumados con cualquier color. Al ojo azul, por ejemplo, le va mucho la sombra verde, pero esto es cuestión de gustos", dice Belén.

Si se presta mucha atención a los ojos en cuanto a maquillaje, la boca pasa a un segundo plano, con lo que un  poco de brillo será suficiente. Sí, el brillo se ha recuperado.

Los tonos mates han quedado fuera de juego este otoño: la corona es para el gloss, que además aporta volumen mientras que los tonos mates lo restan. "Esto mismo sucede con las sombras, pero al revés, esta temporada la tendencia marca que no tengan brillo, que en muchos casos es mucho mejor para el ojo, ya que aporta volumen y no siempre es la mejor idea para según qué párpados", recomienda Diéguez.

Con los ojos ahumados, y ese banana shadow (que es la forma de maquillar el párpado móvil y terminar casi en pico) que tanto se lleva, pero más intenso, y un poco de color en los labios, el maquillaje se convierte rápidamente en una opción 100% nocturna. Los colores para los labios giran todos en torno a los granates y ciruelas; de hecho Pantone ha elegido el marsala como color de la temporada. Si no se ponen de modo muy intenso sirven para la noche, aunque los ojos sean los protagonistas.

¿Y qué hay del colorete? "Muy natural, estamos en el momento cara lavada, así que un tono melocotón apenas se notará y hará que la imagen sea más saludable", responde Belén.

"Si quieres quitarte años, los fresas o rosas hacen que parezcas mucho más joven, pero con cuidado, que tampoco queremos parecer Heidi", añade Ana.

"Otra opción más suave para los ojos, si lo que se quiere marcar son los labios, es usar una sombra muy clara por todo el párpado y una un poco más tostada en el párpado móvil. Se puede trazar una raya muy fina y dar la máscara de pestañas, en este caso, no demasiada, ya que la atención ha de llevársela en este caso la boca", cuenta la maquilladora, que elige para los labios el tono estrella, un marsala, que hace que la mirada se vaya directamente a los labios, a los que ha aplicado gloss para aportar volumen y seguir la moda de esta temporada.

"No es tan difícil en realidad. Son tres toques: base, gloss y un poco de sombra y eyeliner en los ojos", resume Diéguez.