Los mejores retratos de Goya desembarcan en Londres

Autorretrato de Goya pintado entre 1792 y 1795
Autorretrato de Goya pintado entre 1792 y 1795
© Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid
Autorretrato de Goya pintado entre 1792 y 1795

La National Gallery de Londres reúne en la exposición Goya: the portraits (Goya: los retratos), desde hoy y hasta el 16 de enero del próximo año, una de las colecciones más interesantes de la obra del pintor aragonés. Quizás la obra de Francisco de Goya y Lucientes (1476-1828) sea más recordada por su serie de oscuros grabados y por su visión de la Guerra de Independencia, pero hay que destacar la faceta del pintor como retratista. A lo largo de su carrera recogió las miradas de la aristocracia y la realeza española en 150 obras, de las cuales 70 se exponen en esta muestra, la primera que se dedica en exclusiva al retrato.

La exposición arranca con un autorretrato que pintó a la edad de 34 años. A partir de esa obra se desarrolla un amplio catálogo que transporta al visitante al Madrid de los siglos XVIII y XIX, al esplendor de la dinastía de los borbones en el trono, y al comienzo de la aristocracia en nuestro país.

En 1873 recibiría el primer encargo de peso en Madrid, que le abribiría las puertas de la élite española: retratar al conde de Floridablanca, secretario de Estado en el momento en el que posó para el pintor.

A este cuadro le sucederían muchos más, algunos de los cuales son reconocidas obras maestras del creador: La familia del infante Don Luis de Borbón (1784), Carlos III vestido de cazador (1788) o una de las joyas de la colección, La duquesa de Alba (1797), que aparece en la pintura vestida de blanco y señalando la firma del autor. Este último lienzo encuentra valor añadido debido a que es la segunda vez en la historia que sale de Estados Unidos.

Muchas de estas obras se exponen habitualmente en museos de nuestro país, y han requerido un cuidado extremo en su periplo hacia el Reino Unido, como por ejemplo uno de los mejores retratos de cuerpo entero del artista, Retrato del Marqués de San Adrián (1804), que ha abandonado su casa habitual en Navarra para unirse a la muestra.

La obsesión por conocer a los modelos

La capital inglesa podrá conocer de primera mano la relación que Goya mantuvo con la nobleza, y el grado de amistad que entablaba con muchos de los personajes que retrataba. Según Xavier Bray, comisario de la exposición, el pintor "se esforzaba por por conocerles y pasaba tiempo con ellos" para llegar al fondo de su personalidad.

Incluso llegó a pintarse dentro del cuadro en varias ocasiones, como en el lienzo La familia de Carlos IV (1800), en el que, inspirandose en Velázquez el otro gran retratista español y sus famosas meninas, aparece en un margen, ensombrecido ante la luz proyectada en el rey y su corte.

El viaje a través de la exposición, que cerrará sus puertas el próximo mes de enero, llega a su fin con el último cuadro que Goya pintó en su vida, un retrato de su nieto Mariano Goya y Goicoechea, elaborado en 1827, que deja claro el profundo amor que el pintor sentía por el pequeño. Una pincelada final para un recorrido lleno de rostros y emociones, que descubrirán al visitante otra mirada de uno de los mejores pintores españoles de todos los tiempos.

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