Un joven británico de 15 años ha sido condenado este viernes a cadena perpetua por instigar el pasado abril y a distancia un ataque yihadista en Australia, que al final no se llevó a cabo.
El menor, que no ha sido identificado, debe cumplir al menos cinco años de cárcel, durante los que recibirá ayuda para abandonar su ideología extremista, antes de que pueda revisarse su sentencia, dispuso este viernes el juez de un tribunal de Manchester (norte de Inglaterra).
El adolescente, que tenía 14 años cuando se produjeron los hechos, estuvo en contacto con un ciudadano australiano de 18 años para que decapitara a policías durante el Día de Anzac, que se celebra el 25 de abril en Australia y en Nueva Zelanda, para recordar la batalla de Galípoli (Turquía).
Fue detenido una semana antes de la fecha prevista de los ataques. Durante su preparación, intercambió más de 3.000 mensajes encriptados con su contacto.
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