El "diálogo" de Agustín Ibarrola con las grandes piedras coloreadas del Valle Amblés configura un museo al aire libre que elaboró durante cuatro años y que ha abierto este lunes sus puertas en Muñogalindo (Ávila).

"Las piedras tienen formas y las formas sugieren siempre un tratamiento geométrico", ha expresado el autor. "El tratamiento a las rocas se lo puedes dar por sus huecos, por sus volúmenes o por sus planos", ha explicado en la finca Garoza, donde en casi doce hectáreas pintó 115 rocas, basándose en el entorno y en los castros celtas de la zona.

Ibarrola pasó cuatro temporadas en este lugar, entre 2005 y 2009 y para alejarse de las amenazas en el País Vasco, donde comenzó a intervenir en el paisaje como desarrollo de otros trabajos, como el vizcaíno Bosque de Oma.

Con ello, Ibarrola quiere que el espectador "forme parte de la obra" paseando por el monte entre encinas, según ha explicado junto a Alfredo Melgar, quien le ofreció su finca abulense.

El proyecto de crear una fundación y abrir el paseo entre sus rocas fue paralizado hace unos años, y ahora abre al público a la espera de crear un edificio que acoja la obra del artista vasco.

De la mano de la Fundación Asocio, el espacio se espera que sirva para atraer visitantes, según ha dicho su presidente, Carlos Jiménez. Para el recorrido entre senderos, en el punto de información se entregará a los visitantes un plano guía que ayude a contemplar las rocas, destacando algunas, como el conjunto compuesto por el sol y la luna, la muralla, los pájaros, la piedra de los poetas o los ojos.

La inversión para la puesta en marcha del museo al aire libre ha sido de 401.000 euros, que han sido aportados por los fondos Leadercal a la Fundación Asocio.