Fiscalía de Valladolid ha mantenido hoy invariable su petición de penas que, globalmente, suman dieciséis años de prisión para los cuatro acusados, tres mujeres y un varón, del robo de diversos efectos perpetrado en agosto en el supermercado Lidl de la Avenida de Salamanca y golpear en su huida a una empleada del mismo, que sufrió lesiones leves en una pierna.

Las penas más duras son para dos mujeres con iniciales M.B.G.C. y D.R.P, en concreto cuatro años y medio de cárcel para cada una por delito de robo con violencia, con la agravante de reincidencia, y multa de 300 euros por otro delito de lesiones leves, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Para las otras dos personas acusadas, V.S.M.E, también mujer, y un varón con iniciales V.P.H, la acusación pública pide tres años y medio de prisión y 300 euros de multa.

En concepto de responsabilidad civil, los cuatro imputados, en caso de condena, deberían indemnizar, conjunta y solidariamente, con un total de 250 euros a la dependienta lesionada.

Los hechos se registraron sobre las 15.45 horas del día 31 de agosto, cuando, según sostienen tres empleadas del Lidel, las cuatro personas encausadas sustrajeron presuntamente, al descuido y de manera organizada, diversos productos por valor superior a los 400 euros, si bien un cliente testigo de los hechos alertó de lo ocurrido y salió tras ellas junto con las trabajadoras citadas.

En su declaración, los cuatro imputados han negado la sustracción de distintos efectos y han coincidido igualmente al señalar que al tratar de abandonar el aparcamiento en su coche un cliente y varias empleadas se colocaron delante para interceptarles el paso, ante lo cual se limitaron a pedirles que les dejaran marchar y, de forma accidental, rozaron en una pierna con la matrícula a una de las trabajadoras.

La videovigilancia, AVERIADA

Sin embargo, las empleadas del Lidl han reconocido a las mujeres acusadas como'clientas' habituales que "de forma asidua acuden a robar al establecimiento", tal y como ha precisado la encargada, que en junio declaró ya como testigo en otro juicio por robo contra ellas.

Aunque el día de los hechos no presenciaron la sustracción de los efectos, algo que supuestamente sí observó un cliente que paradógicamente no ha testificado, ni los hechos fueron grabados puesto que el sistema de videovigilancia "no funciona", como así ha confesado la encargada, los agentes de la Policía Nacional que detuvieron a los imputados les hallaron distintas bolsas con productos no abonados, la mayoría de ellos arrojados presuntamente entre unas zarzas en una calle próxima al Lidl.

Las defensas, sin embargo, han solicitado un fallo absolutorio para los cuatro acusados tras recordar que no hay testigo alguno de la sustracción de los productos, dado que ni siquiera el cliente que alertó de lo ocurrido ha llegado a declarar en el juicio, y que el atropello de la trabajadora fue accidental fruto del nerviosismo del momento.